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Redescubrir la fuerza del Evangelio desde Tarazona

David López
16 de julio de 2025

La Semana Bíblica de Tarazona, organizada por el CRETA, volvió a reunir presencial y virtualmente a decenas de participantes en torno a los Hechos de los Apóstoles y el Evangelio de Marcos. Como cada año, el curso ha estado guiado por el profesor José Antonio Badiola, sacerdote de la diócesis de Vitoria, doctor en Teología Bíblica y director de la revista científica Scriptorium Victoriense.

La propuesta de este año ha tenido dos núcleos temáticos bien diferenciados: por la mañana, la lectura pausada y profunda de los Hechos de los Apóstoles; por la tarde, un itinerario por el discipulado tal como lo presenta el Evangelio según san Marcos. Como subraya el propio Badiola, ambos textos nos ayudan a «encontrar claves que nos valgan para los días de hoy». En un tiempo marcado por el retroceso eclesial en muchas comunidades, mirar al origen y a la expansión de la primera comunidad cristiana resulta especialmente iluminador.

Abriendo horizontes

La apertura del Evangelio a todos los pueblos, tema central de los Hechos, no fue un proceso fácil. «Costó mucho porque la gente estaba muy agarrada a la tradición», explicó Badiola en una entrevista concedida durante el curso. Aquella experiencia apostólica nos recuerda hoy la necesidad de desprendernos de apegos que, si bien nacen del amor por lo recibido, pueden cerrar puertas al Espíritu. El libro de Lucas pone el acento en esa salvación ofrecida a todos, y lo hace no solo desde una perspectiva teológica, sino también comunitaria: «Un mismo sentir, el compartir, el vivir con las cosas en común… Todo eso llama la atención, porque se vivía como una gran familia». 

Una de las claves propuestas por el profesor fue precisamente el término griego homothumadon, que alude a ese “mismo sentir” que unía a los primeros cristianos. «La fe une más que desunen otras cosas», afirmó, lamentando que hoy «nos desunen cosas muy secundarias» mientras que «no nos une, como debería, una cosa absolutamente primaria: la fe en Jesús».

Tarazona, Nazaret

En un momento especialmente difícil para muchas comunidades rurales —«donde párrocos, catequistas y jóvenes viven la fe muchas veces en soledad»—, el mensaje de Badiola quiso ser también una palabra de consuelo: «Me vale mucho pensar en la vida oculta de Jesús… treinta años sin que sepamos nada de Él, trabajando cada día con su padre en Séforis… hasta que pasó». Así, comparó la situación de las pequeñas comunidades cristianas con ese “tiempo de Nazaret” en el que, sin grandes acontecimientos, se prepara lo esencial. «Tan Hijo de Dios y tan Salvador del mundo era Jesús cuando moría en la cruz como cuando trabajaba con su padre», dijo. Y concluyó con una afirmación de profundo calado pastoral: «Es igual de importante un cristiano en un pueblito de Huesca, de Teruel o de Zaragoza que el Papa dando una gran misa pontifical en Roma. Para Dios, tan importante uno como el otro».

Aprendizaje, comunidad y celebración

El Vicario General de la archidiócesis de Zaragoza, Rubén Ruiz, también participó en el curso, compartiendo camino con los asistentes y mostrando el compromiso diocesano con esta formación continuada que tanto bien hace al Pueblo de Dios.

Con una mirada agradecida al profesor Badiola —«nuestro querido Toño», como le llaman con cariño los participantes— y al Seminario que año tras año abre sus puertas, la Semana Bíblica de Tarazona, organizada por el CRETA, se consolida como una referencia en Aragón para quienes desean ahondar en la Palabra de Dios. 

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