Opinión

Jesús Moreno

A pie de calle

A QUIEN “MERECISTE” LLEVAR”

12 de mayo de 2025

Mérito.  Acción o conducta que hace a una persona digna de premio o alabanza. Hizo méritos para conseguir la victoria.

                 Derecho a reconocimiento, alabanza, etc., debido a las acciones o cualidades de una persona. Todo el mérito de la operación es suyo.

                 Valor o importancia de una persona o de una cosa. El cuadro de Velázquez es de gran mérito.

Sinónimo: merecimiento, valía, valor, virtud, interés.

Mérito de condigno.

En la religión católica, merecimiento de las buenas obras ejercitadas por quien está en gracia de Dios.

Mérito de congruo

En la religión católica, merecimiento de las buenas obras ejercitadas por quien está en pecado mortal.

Hasta aquí el Diccionario de la Real Academia Española (RAE)

Desde aquí, otra fuente: “Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis (Mt 10, 8).

Desde aquí, su contrario: “Reina del cielo, alégrate, porque aquél, a quien mereciste llevar, ha resucitado según su Palabra”.

Y nos quedamos tan anchos (ojalá estemos muchos los que no nos quedamos tan anchos), aunque no seamos quién para cambiarlo.

En la fiesta del Inmaculada del 8 de diciembre de 2014, el Papa Francisco (que en gloria esté) dijo en el ángelus que: “El mensaje de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María se puede resumir con estas palabras: Todo es gracia, todo es don gratuito de Dios y de su amor por nosotros. El Ángel Gabriel llama a María “llena de gracia” (Lc 1, 28). En ella no hay espacio para el pecado, porque Dios la ha elegido desde siempre como madre de Jesús, y la ha preservado de la culpa original. Y María corresponde a la gracia y se abandona a ella diciendo al Ángel: “Hágase en mí según tu palabra”. María no dijo: “Yo haré según tu palabra”, sino: “Hágase en mí…”. Y el Verbo se hizo carne en su seno. También a nosotros se nos pide que escuchemos a Dios que nos habla y que aceptemos su voluntad, según la lógica evangélica ¡Nada es más activo y fecundo que escuchar y recibir la Palabra del Señor! Que viene del Evangelio, de la Biblia, el Señor nos habla siempre”.

María ‘no merece’ llevar al Señor. Ni María ni nadie. Dios Padre no pide merecimientos. Él se nos da gratuitamente antes de que se lo pidamos. De lo contrario, ya no sería ‘gracia’, ya no sería gratis. El amor de Dios, su gracia, su bendición, su cercanía, nos precede siempre. Nos ‘primerea’, como gustaba decir el Papa Francisco.

Y nos recuerda que esa es ‘la lógica evangélica’. Preciosa afirmación, precioso recuerdo. Y, si esa es la lógica evangélica, así debe ser nuestra actuación, si queremos que sea actuación cristiana. Actuación que surge desde el interior, desde el corazón, desde lo profundo y se manifiesta en los hechos, en la vida de cada día. En lo sencillo, humilde, y en momentos importantes, trascendentales. Porque la lógica evangélica, la gratuidad, está llamada a manifestarse en la vida cristiana siempre y en todo lugar.

El cumplimiento de la ley no nos justifica, “sino la fe que actúa por el amor” (Gal 5,6). “¡Oh, insensatos Gálatas! ¿Quién os ha fascinado a vosotros, a cuyos ojos se presentó a Cristo crucificado? Sólo quiero que me contestéis a esto: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber escuchado con fe? ¿Tan insensatos sois? ¿Empezasteis por el Espíritu para terminar en la carne? … Vamos a ver: el que os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por haber escuchado con fe? (Gal 3,1-5).

Jesús Moreno

7 mayo 2025

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