Opinión

Ángel Calvo Cortés

Disfrutar de lo imprevisto

25 de junio de 2025

Cada mañana, para no olvidarme, anoto en un pequeño papel las cosas que debo hacer: compras, gestiones, etc. Eso es LO PREVISTO. Pero no es eso todo: ESPERO TAMBIÉN LO IMPREVISTO, o sea, que sucedan cosas positivas e imprevistas en mí, en la familia, en los amigos, en la sociedad, en la Iglesia… Son sorpresas. Un nuevo día trae siempre nuevas oportunidades, nuevos pensamientos, nuevos conocimientos, nuevas experiencias,  incluso nuevas vivencias de Dios y, tal vez, nuevas relaciones. Las mejores personas se encuentran sin buscarlas. Pero, para que te toque la lotería hay que comprar un número. Hay que buscar y posibilitar  las ocasiones para que las cosas ocurran. La oportunidad  no tiene visitas a domicilio. Debo ampliar mis horizontes y tener la mente abierta. La esperanza de lo nuevo hace la vida más larga.

Estoy vivo otro día más y quiero ser consciente de ello. Tengo que estar despierto y CON OJOS DE TURISTA, es decir, tengo que ser capaz de ver belleza extraordinaria donde muchos solo ven la rutina de siempre. El amanecer de un nuevo día es el amanecer de un nuevo “yo”. Soy otro cada mañana, aunque a estas alturas lo noto poco.

Dada mi edad, la peor sensación que tengo es que, al mirar hacia adelante, veo que me queda muy poco futuro y siento la tentación de sentarme y esperar pasiva y serenamente que llegue el final. Esto puede desmotivarme. Pero caer en eso, sería perder el sentido de mi vida y de mi actividad y renunciar al disfrute de lo imprevisto. Vivir para los demás, mejorar el mundo y la Iglesia es el modo de vivir para mí. Voy a seguir el ejemplo del reloj: cargar las pilas y no pararme. El que se queda quieto, se oxida. Que la vida me perdone las veces que no la viví.  Me ayuda mucho lo dicho por Eric Fromm: Tener esperanza significa estar abierto en todo momento a lo que todavía no ha sucedido, pero sin llegar a desesperarse si lo que esperas no ocurre mientras tú estás vivo. O sea, que debo seguir sembrando, aunque sean tiempos de sequía y langosta. Intentaré ver puertas donde ayer sólo veía muros.

La filosofía que aprendí en mi pueblo natal se resumía en la frase PARA EL MONTE, IDEA.

Dicho con otras palabras: DONDE ESTÉS, CON LO QUE TENGAS, HAZ LO QUE PUEDAS.

Mejorar tu persona o mejorar la sociedad está dentro de un proceso de cambio. Muchos no quieren ser parte del proceso, pero sí parte del resultado. Son parte del problema, no de la solución.

¿Te satisface interiormente la vida que estás viviendo? Sigue buscando y practicando la esperanza activa. Es curioso que la vida, cuanto más vacía más pesa. Pensar es gratis y el no hacerlo se paga muy caro. Cuando las raíces son profundas, la fruta es más dulce. No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta. Tú luz es única ¡No la apagues!

Hoy, al acostarme, valoraré lo que me ha aportado el día.

Si te sirve algo de lo que te he escrito ¡CÓPIATELO!

Larga vida a quienes sois un rayito de sol porque vuestra buena vibra se contagia

Compartir
WhatsApp
Email
Facebook
X (Twitter)
LinkedIn

Noticias relacionadas