La comunidad educativa del Colegio La Purísima y la ciudad de Teruel despidieron el pasado sábado 22 de noviembre a las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada, en una celebración cargada de gratitud y recuerdo por más de 125 años de presencia ininterrumpida en la capital turolense.
El acto central fue una Misa de Acción de Gracias, celebrada a las 11:00 horas en la iglesia parroquial de San Andrés, convocada por el colegio y la Red Educativa Arenales, entidad que gestiona el centro desde 2018. La celebración estuvo presidida por Alfonso Berenguer, administrador diocesano, y contó con la presencia de la alcaldesa de Teruel y antigua alumna, Emma Buj, así como de numerosos fieles, familias y antiguos estudiantes.
Con esta eucaristía, Teruel se despidió de las dos últimas religiosas de la congregación, Sor Juliana y Sor Teresa, que permanecían en el colegio, conocido popularmente como el de las Terciarias. La comunidad educativa quiso reconocer así la labor educativa, pastoral y social que las hermanas han desarrollado desde finales del siglo XIX, acompañando a miles de alumnos y contribuyendo de forma decisiva a la vida espiritual y formativa de la ciudad.
La presencia de las Franciscanas de la Inmaculada en Teruel comenzó en 1898 y, desde entonces, su trabajo ha dejado una huella profunda que seguirá viva en la memoria de muchas generaciones y en el proyecto educativo que continúa hoy bajo la Fundación Arenales.
Más que una despedida, la celebración del sábado fue un agradecimiento compartido por la entrega, la cercanía y el estilo franciscano que las hermanas han sembrado durante más de un siglo en Teruel.
