«Cómo me gustaría, como obispo, que en las 254 parroquias de nuestra diócesis al menos una persona, solo una, se ofreciera como voluntario, como ‘ángel’, para que nadie pudiera sentirse ni solo, ni triste ni vacío ni desorientado. Con solo una persona, que es pedir poco, lograríamos 254 ángeles». Así resumió el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, el espíritu de la campaña navideña de Cáritas que presentó junto a la directora diocesana, Amparo Tierz. Bajo el lema Todos tenemos un ángel, especialmente en Navidad, e ilustrada para Barbastro-Monzón por Toño Isla, se trata de «una campaña humilde, que a tantos alivia, enriquece y conforta», subrayando que «no os estoy pidiendo dinero, os estoy pidiendo vida, que bastaría para hacer nuestra diócesis más solidaria, más generosa y más fraterna».

A eso contribuye ya, a lo largo del año, la labor que desarrolla Cáritas Diocesana de Barbastro-Monzón apoyada en 400 voluntarios. Estos, junto con los trabajadores de la entidad, han atendido este año a 3.991 personas en su programa de acogida, un primer espacio de acogimiento y escucha a aquellos que se encuentran en riesgo de exclusión. El repaso por los diferentes colectivos con los que se trabaja añade la atención a 357 temporeros, 120 mujeres, en diferentes fases formativas, 364 niños en las clases de refuerzo y actividades lúdicas, 35 discapacitado, 411 mayores y once personas en la vivienda tutelada. Dentro del programa de prevención de adicciones se han realizado 34 atenciones directas y 85 charlas orientadas a la prevención. En el capítulo dedicado al empleo, 647 personas se han acercado a Cáritas y su tarea ha logrado la inserción laboral de 233;?en la Agencia de Colocación hay actualmente inscritos 531 demandantes de empleo. Y, además, han llevado a cabo 400 actividades de animación parroquial y han alcanzado a 401 personas con la animación comunitaria.

Tierz, que repasó detalladamente las cifras, subrayó la necesidad de no quedarse solo con las actividades que realizan de forma ordinaria, sino en mirar las nuevas realidades de la población de las seis comarcas diocesanas: Somontano, Sobrarbe, Ribagorza, Cinca Medio, Litera y Bajo Cinca. Un extenso territorio caracterizado, entre otras cosas, por el envejecimiento. «En Aragón, las personas de más de 65 años representan el 21,6 por ciento pero en nuestro territorio es más, el 22,91 por ciento. El envejecimiento es una realidad en nuestra diócesis y a Cáritas nos preocupa, ya que esto supone un incremento de las necesidades de nuestros mayores. Muchos de ellos viven en completa soledad, teniendo dificultades para acceder a servicios básicos», expuso. Por este motivo, anunció la puesta en marcha, el próximo año, de un proyecto cuya finalidad será mejorar la vida de los más mayores «desde la escucha, la ternura y el acompañamiento».

Tierz denunció también los problemas que está generando la falta de vivienda de alquiler y la dificultad que tienen algunas personas para acceder a ella. «Las pocas viviendas que hay en el mercado están a unos precios elevados, y alguna de ellas no tienen las condiciones mínimas de habitabilidad. Si a esto le sumamos el coste de luz y otros  gastos, nos encontramos con un sector de población al que le resulta muy difícil llegar a fin de mes», señaló. Un problema que se agrava en el caso de aquellos que están en situación de desempleo y, ante la carestía de la vivienda, se ven obligados a sacrificar otros gastos y «no llegan a cubrir sus propias necesidades básicas. Con este contexto muchas personas se ven obligadas a buscar soluciones habitacionales compartidas, llegando en algunos casos al hacinamiento». Ante esta realidad hizo un llamamiento porque «entre todos, administración pública, entidades, asociaciones, empresas, particulares….. tenemos que dar una respuesta».

La directora de Cáritas insistió en la necesidad de «despertar ese ángel que todos llevamos dentro», algo en lo que también hizo hincapié el obispo, leyendo el mismo relato que incluye la última edición de Ágape, revista bianual de Cáritas diocesana. En él, Ángel Pérez cuenta la historia de un ángel cuya tarea en la tierra es combatir la soledad. «La gratuidad, la compañía, la ternura con los más desfavorecidos, el servicio desinteresado, la relación con los demás siguen siendo el mejor antídoto contra la soledad», afirmó.