A oscuras, con la luz de la Virgen procesionando por la Catedral, comenzó la Vigilia de la Inmaculada el pasado día 7 de diciembre. Una bella entrada amenizada por el Coro de la Pastoral Juvenil que nos predispuso a la oración.
En la vigilia se reflexionó sobre el modelo de María, repasando sus actitudes de Escucha, Oración, Ofrecimiento y Vigilancia. Se repartieron unas velas que se pusieron a los pies del altar como gesto para iluminar nuestros corazones.
Y con el Evangelio se hizo la luz, y tras su lectura nuestro Obispo, don Antonio Gómez Cantero, dedicó unas palabras a la Virgen, nuestra madre. Una hermosa y sencilla celebración que manifiesta que «somos comunidad orante»