El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, y el emérito, Alfonso Milián, han presidido este domingo la eucaristía de clausura del Año Jubilar extraordinario concedido a la Diócesis con motivo del 400 aniversario de la Procesión General del Santo Entierro de Barbastro. La Catedral de la Asunción ha acogido la solemne celebración, aplazada desde el 29 de marzo por el estado de alarma, en la que el obispo ha afirmado que “nadie podría sospechar que, precisamente este año de clausura del Año Jubilar, fuéramos a experimentar en carne propia que se puede y se debe procesionar por dentro los 365 días del año, 24 horas al día, 60 minutos por hora”. El prelado ha aplaudido la labor de  los 5.208 cofrades registrados en la diócesis “que tenéis por apellido cristianos, apóstoles de calle, centinelas de la aurora, testigos del Resucitado, bálsamo de Dios, caricia suya, cirineo de tantos crucificados. Esto es ser hoy cofrade”.

Las cuarenta cofradías de gloria y veinte penitenciales de la diócesis han estado representadas por la presidenta de la Junta Coordinadora de Barbastro, Silvia Peropadre, acompañada de los hermanos mayores y presidentes de las cofradías locales, por Luis Pociello, prior de la cofradía del Santo Cristo de Graus –arciprestazgo de Sobrarbe-Ribagorza-, y por el delegado de Cofradías, Enrique Padrós, en nombre de los arciprestazgos de Cinca Medio-Litera y Bajo Cinca, cuyos cofrades han optado por no participar presencialmente, debido a las situación sanitaria de estas comarcas. Todos ellos, además del consiliario de Cofradías, José María Ferrer, han ido colocando un clavel blanco en la cruz que ha acompañado junto al altar al paso del Cristo Resucitado.

En ese momento, cada uno ha recibido de manos del obispo emérito un icono de la Virgen, tan presente siempre en las cofradías. Así mismo, el secretario canciller de la Diócesis, Pedro Escartín, les ha obsequiado con un ejemplar de su libro “Testigos de la Pascua del Señor”, acompañado del último número del semanario del Obispado, El Cruzado Aragonés. A este medio se ha referido Ángel Pérez, señalándolo como “atrio de los gentiles, que quiere dar cabida a vuestras voces cualificadas sobre temas de actualidad con altura y responsabilidad, porque tenemos algo que decir en la construcción de esta sociedad”.

Cuatro retos para el futuro

Finalmente, el prelado ha marcado cuatro retos para el futuro. El primero, que ya es una realidad, la próxima celebración en la Diócesis de un Congreso Nacional de Cofradías. El segundo, la realización de un viaje a Tierra Santa con los “bandarras”, cariñoso apelativo a los integrantes de las bandas de tambores, bombos y cornetas. El tercero, la integración de cofrades a los consejos parroquiales, órganos de gobierno, gestión y administración de la Diócesis, en las diferentes delegaciones y, especialmente, en los ámbitos apostólicos. El cuarto, que ya planteó el día del Corpus, la incorporación a la Semana Santa barbastrense de un paso de la Última Cena, que podría ser portado por niños, y expuesto, junto a los ya existentes, en una muestra permanente.

El delegado de Cofradías, en representación de Cinca Medio-Litera y Bajo Cinca