Jubileo 2025: La Iglesia llama a poner las finanzas al servicio del bien común

David López
24 de junio de 2025

La Casina Pío IV del Vaticano ha sido el escenario elegido para presentar uno de los documentos más relevantes del Año Jubilar 2025: El Informe Jubilar sobre la deuda, elaborado por una comisión internacional de expertos a propuesta del Papa Francisco. El texto, promovido por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y la Universidad de Columbia, propone una revisión profunda del sistema financiero global para ponerlo al servicio de la dignidad humana y del cuidado de la creación.

El equipo de trabajo, dirigido por el Nobel de Economía Joseph Stiglitz y el exministro argentino Martín Guzmán, está compuesto por más de treinta académicos de primer nivel, que han analizado con rigor las causas y consecuencias de la actual crisis de deuda que ahoga a decenas de países en desarrollo. El diagnóstico es claro: en 2023, los países más pobres destinaron 1,4 billones de dólares al pago de la deuda, una cifra que supera con creces el gasto en salud o educación en muchas naciones.

En este contexto, el secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, expresó el respaldo del Santo Padre a los trabajos de la Comisión. En un mensaje enviado en su nombre, animó a presentar las recomendaciones del informe con un espíritu de «solidaridad fraterna» que refuerce los vínculos entre acreedores y deudores, e impulse «opciones innovadoras» con beneficios recíprocos.

El informe propone, entre otras medidas, la reestructuración de la deuda soberana, una mayor transparencia financiera, reformas en las políticas de los organismos multilaterales y mecanismos que prioricen las inversiones sostenibles frente a las recetas de austeridad. Estas propuestas serán debatidas en foros internacionales como la próxima Cumbre de Financiación del Desarrollo en Sevilla y la Asamblea General de la ONU.

Durante la presentación, el cardenal Peter Turkson, canciller de la Pontificia Academia, recordó que «las finanzas deben estar al servicio de las personas» y abogó por la elaboración de un código ético internacional que regule las relaciones económicas desde la justicia y la solidaridad. En la misma línea, sor Helen Alford, presidenta de la Academia, destacó la urgencia de situar al ser humano en el centro del sistema económico y de afrontar también la llamada «deuda ecológica», fruto del desequilibrio en el uso de los recursos entre el norte y el sur global.

«Lo interesante de este informe —afirmó Stiglitz— es que combina la perspectiva moral con propuestas técnicas concretas», mientras que Martín Guzmán apeló a la responsabilidad de los líderes globales ante una crisis que amenaza con agravar la desigualdad y la inestabilidad en todo el mundo.

El documento se inscribe en el horizonte jubilar como una invitación urgente a revisar las estructuras económicas desde el Evangelio y desde la experiencia concreta de los pueblos más empobrecidos. En palabras del Papa León XIV, pronunciadas en el inicio de su pontificado: «El paradigma económico que explota la Tierra y margina a los pobres debe dar paso a una economía del bien común».

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