La Casina Pío IV del Vaticano ha sido el escenario elegido para presentar uno de los documentos más relevantes del Año Jubilar 2025: El Informe Jubilar sobre la deuda, elaborado por una comisión internacional de expertos a propuesta del Papa Francisco. El texto, promovido por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y la Universidad de Columbia, propone una revisión profunda del sistema financiero global para ponerlo al servicio de la dignidad humana y del cuidado de la creación.
El equipo de trabajo, dirigido por el Nobel de Economía Joseph Stiglitz y el exministro argentino Martín Guzmán, está compuesto por más de treinta académicos de primer nivel, que han analizado con rigor las causas y consecuencias de la actual crisis de deuda que ahoga a decenas de países en desarrollo. El diagnóstico es claro: en 2023, los países más pobres destinaron 1,4 billones de dólares al pago de la deuda, una cifra que supera con creces el gasto en salud o educación en muchas naciones.
En este contexto, el secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, expresó el respaldo del Santo Padre a los trabajos de la Comisión. En un mensaje enviado en su nombre, animó a presentar las recomendaciones del informe con un espíritu de «solidaridad fraterna» que refuerce los vínculos entre acreedores y deudores, e impulse «opciones innovadoras» con beneficios recíprocos.
El informe propone, entre otras medidas, la reestructuración de la deuda soberana, una mayor transparencia financiera, reformas en las políticas de los organismos multilaterales y mecanismos que prioricen las inversiones sostenibles frente a las recetas de austeridad. Estas propuestas serán debatidas en foros internacionales como la próxima Cumbre de Financiación del Desarrollo en Sevilla y la Asamblea General de la ONU.
Durante la presentación, el cardenal Peter Turkson, canciller de la Pontificia Academia, recordó que «las finanzas deben estar al servicio de las personas» y abogó por la elaboración de un código ético internacional que regule las relaciones económicas desde la justicia y la solidaridad. En la misma línea, sor Helen Alford, presidenta de la Academia, destacó la urgencia de situar al ser humano en el centro del sistema económico y de afrontar también la llamada «deuda ecológica», fruto del desequilibrio en el uso de los recursos entre el norte y el sur global.
«Lo interesante de este informe —afirmó Stiglitz— es que combina la perspectiva moral con propuestas técnicas concretas», mientras que Martín Guzmán apeló a la responsabilidad de los líderes globales ante una crisis que amenaza con agravar la desigualdad y la inestabilidad en todo el mundo.
El documento se inscribe en el horizonte jubilar como una invitación urgente a revisar las estructuras económicas desde el Evangelio y desde la experiencia concreta de los pueblos más empobrecidos. En palabras del Papa León XIV, pronunciadas en el inicio de su pontificado: «El paradigma económico que explota la Tierra y margina a los pobres debe dar paso a una economía del bien común».