El domingo 12 de enero acudimos a los salones parroquiales de Santa Emerenciana, a la cita que nos propuso la Acción Católica General terminando la Navidad. La pregunta con la que se nos convocó despertó un gran interés y el salón estaba abarrotado, sobre todo de niños y niñas, unos 60, muchos de ellos del campamento que la ACG organiza en verano, con algunos de sus educadores. También nos acompañaron, como siempre, nuestros hermanos de FRATER.
Todo estaba cuidadosamente decorado para la ocasión. El Niño Jesús en el centro y grandes interrogantes pendían del techo, a sus pies una curiosa ventana y alrededor cuatro guirnaldas que simulaban cuatro caminos. La expectación era máxima y las pistas de lo más divertidas: íbamos a averiguar por qué Jesús vino y viene a través de villancicos, así que también nos acompañaba una orquesta sensacional, guitarras, acordeón y percusión.
Empezamos con una oración de encuentro y cantando Campana sobre campana, que nos espabiló y nos invitó a asomarnos por la ventana. En ese momento los niños y niñas fueron con los educadores a trabajar, en 4 grupos, los motivos por los que Jesús nació y sigue naciendo cada día. Los adultos también tuvimos un rato de reflexión y de compartir para reconocer a Jesús, que viene a nuestro encuentro especialmente en los otros, en los más vulnerables, preguntándonos si somos capaces de reconocerlo y de acogerlo.
Tras este rato de trabajo volvimos todos al salón, y cantando los villancicos y asomándonos por la ventana, los chicos y chicas nos hicieron ver los caminos por los que viene Jesús, descubriendo por qué ha venido y sigue viniendo cada día. Esa tarde quisimos ya salir de verdad a su encuentro participando con ilusión en un proyecto en Burkina Faso, que nos presentó Loli y que llevan a cabo las Hermanas Misioneras de la Doctrina Cristiana, en el que atienden a 92 menores huérfanos. Como todo lo que se da se multiplica, entre todos los asistentes reunimos 1.022 €. Con esa alegría del compartir nos fuimos a merendar. Gracias a todos los que vinisteis y gracias a la parroquia de Santa Emerenciana y a su párroco Manuel por acogernos cada año.