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«Feliz el que no ve desvanecerse su esperanza»: la Iglesia celebra la V Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

David López
23 de julio de 2025

La Iglesia universal celebra este domingo la V Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, con el lema «Feliz el que no ve desvanecerse su esperanza» (cf. Si 14,2), en el marco del Jubileo de la Esperanza. Instituida por el papa Francisco en 2021, esta jornada se celebra cada año en el cuarto domingo de julio, coincidiendo con la cercanía litúrgica a los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús.

Este año, por primera vez, el mensaje ha sido escrito por el papa León XIV, quien subraya que «la vejez puede ser un tiempo de bienaventuranza en el que la esperanza, probada en el fuego de una larga vida, se convierte en fuente de alegría y de renovada confianza en el Señor».

Ancianos, protagonistas de la vida eclesial

En su mensaje, el Santo Padre anima a mirar a los mayores no solo como destinatarios de la atención pastoral, sino como testigos de esperanza y verdaderos protagonistas de la vida de la Iglesia. En un mundo marcado por el aislamiento y la inmediatez, el Papa recuerda que «la vida de la Iglesia y del mundo solo se comprende en la sucesión de las generaciones», y que los abuelos «siembran futuro» con su ejemplo de fe, devoción y perseverancia.

El mensaje bíblico de fondo recorre la historia de figuras como Abraham y Sara, Moisés o Zacarías e Isabel, llamados por Dios en edad avanzada. Con ellos, León XIV destaca que la ancianidad, lejos de ser una etapa estéril, es tiempo de graciay bendición, y que los ancianos «son los primeros testigos de esperanza».

Un Jubileo vivido junto a los mayores

En sintonía con el Jubileo de la Esperanza, la Penitenciaría Apostólica ha dispuesto que quienes no puedan peregrinar físicamente a Roma, podrán alcanzar la Indulgencia jubilar si visitan por un tiempo adecuado a los ancianos que viven en soledad, o si realizan con ellos una obra de caridad. «Visitar a un anciano es un modo de encontrarnos con Jesús, que nos libera de la indiferencia y la soledad», afirma el Papa.

Esta disposición responde al deseo, ya expresado por Francisco, de que esta Jornada se celebre «sobre todo yendo al encuentro de quien está solo», y se enmarca en una llamada a toda la Iglesia —parroquias, movimientos, asociaciones— a protagonizar una auténtica «revolución de la gratitud y del cuidado».

En la vejez se puede seguir esperando

El mensaje del Papa recoge también el testimonio de quienes, desde la fragilidad de la vejez, siguen amando, rezando, entregándose y acompañando a los demás. «Tenemos una libertad que ninguna dificultad puede quitarnos: la de amar y rezar», recuerda León XIV. En palabras de san Agustín, «que desfallezca tu vigor, para que esté presente el mío en ti… Cuando me debilito, entonces soy fuerte».

En este sentido, el Papa anima a que los ancianos sigan siendo signos vivos de esperanza, y que la sociedad no se acostumbre a marginarlos o relegarlos al olvido. El amor vivido en la familia, la fidelidad en la oración y el consuelo compartido en la Eucaristía son, a su juicio, caminos para renovar cada día la alegría del Evangelio.

Recursos pastorales disponibles

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha puesto a disposición de parroquias, diócesis y movimientos un kit pastoral con el mensaje del Papa, la oración oficial, propuestas litúrgicas, materiales gráficos y otros recursos para celebrar la Jornada. Todo está disponible para su descarga en www.laityfamilylife.va.

La invitación es clara: vivir esta Jornada como un Jubileo para todos, facilitando la participación de los mayores, incluso aquellos que no puedan desplazarse, y fomentando espacios de encuentro, memoria, fe y ternura intergeneracional.

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