El padre Pedro Aguado Cuesta, nuevo obispo de las diócesis de Huesca y de Jaca, ha comenzado su ministerio episcopal con unas primeras semanas intensas de contactos y encuentros en las que ha querido dejar clara su gusto por la cercanía, la escucha activa y el servicio. “He llegado a un lugar que esperaba un obispo y está dispuesto a ayudarle a entenderlo”, ha afirmado en sendas entrevistas concedidas a Cope Huesca y Radio Huesca para subrayar la buena acogida que dice haber sentido desde su llegada.
Conocido como “padre Pedro” durante sus años como superior general de los Escolapios, Aguado ha querido mantener ese apelativo también ahora, como muestra de su voluntad de mantenerse próximo a la gente. “En la Iglesia no hay carreras; hay servicio”, ha subrayado, dejando claro que no ve su nombramiento como un ascenso sino como una nueva etapa vocacional en la que su objetivo es acompañar y aprender.
Durante sus primeros días se ha centrado en conocer el funcionamiento interno de la diócesis oscense, antes de comenzar a recorrer las parroquias y realidades locales. No ha traído consigo una hoja de ruta prefijada, porque considera que “llegar con un plan pensado en un despacho sería un error”. En su lugar ha optado por una actitud de escucha para identificar las necesidades más apremiantes.
El obispo ha señalado dos retos principales para esta etapa inicial: revitalizar el trabajo pastoral, atendiendo a la diversidad de realidades presentes en las dos diócesis; y avanzar hacia una sostenibilidad integral de las estructuras eclesiales. “Tenemos que trabajar mucho en todo lo que significa la sostenibilidad integral de la diócesis”, ha recalcado.
El nuevo obispo ha mostrado también sensibilidad hacia algunos de los temas que marcan la agenda eclesial y social de las dos diócesis. En su visión pastoral destaca una firme apuesta por la presencia directa: “Debo estar tanto en el despacho como en la calle, en las parroquias, con los jóvenes, los mayores, los enfermos”. Ha expresado también un gran respeto por la religiosidad popular, que considera un camino legítimo de fe: “La religiosidad popular hay que conocerla, entenderla, valorarla y acompañarla para centrarla en Cristo”.
En cuanto al papel de la Iglesia en el ámbito público, Aguado ha defendido la neutralidad política: “La Iglesia debe ofrecer criterios evangélicos, no sumarse a ninguna opción partidista. Estamos al servicio de todos, no de un partido u otro”.
El obispo ha celebrado en Jaca la festividad de Santa Orosia, patrona de la diócesis, y participará por primera vez como obispo en las fiestas de San Lorenzo en Huesca el próximo 10 de agosto. Ha mostrado especial ilusión por ello: “Son unas fiestas muy populares, muy arraigadas, de muchísima expresión de fe y también de alegría ciudadana, de cultura compartida”.
Fiel al estilo marcado por el papa Francisco, el padre Pedro Aguado Cuesta ha expresado su voluntad de contribuir a una Iglesia más participativa, corresponsable y centrada en el Evangelio, y ha reconocido que figuras locales como San Lorenzo o Santa Orosia le están ayudando a conocer mejor la espiritualidad de esta tierra.