El salón del Tanto Monta del Palacio Episcopal de Huesca ha vuelto a abrir sus puertas en la mañana del lunes 20 de noviembre en un sencillo pero emotivo acto en el que ha estado presente el obispo de la Diócesis de Huesca, don Julián Ruiz, junto al director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente; el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, y el director general de Cultura y Patrimonio de Aragón, Ignacio Escuín, además de otras personalidades.

Todos han presentado la restauración que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural Español (IPCE), ha llevado a cabo en el alfarje. Se trata de la exitosa finalización de un largo proceso iniciado en 2008 por el Ministerio para la conservación de esta extraordinaria techumbre del siglo XV y ha supuesto una inversión de 608.248,23 euros. El Gobierno de España ha participado activamente en la recuperación del espacio arquitectónico a través de los fondos del 1,5% Cultural, en colaboración con la Dirección General de Patrimonio de Aragón, con un presupuesto de 282.595,12 euros.

El Salón del Tanto Monta estará abierto al público durante las próximas semanas para favorecer la contemplación del resultado de los trabajos de conservación. La semana del 20 al 24 de noviembre, ambos días incluidos, habrá visitas guiadas y gratuitas de 18.00 a 19.00 horas con acceso por la calle Palacio, y el sábado 25 de noviembre, de 12.00 a 13.00 horas.

El obispo de Huesca ha destacado que se trata de “un enorme orgullo para la Diócesis, como también para la ciudad, la provincia y la Comunidad Autónoma, se ha realizado un esfuerzo enorme de colaboración y esta sinergia tiene estos resultados. Se ha de valorar todo lo que se ha hecho y durante el proceso se han podido vencer las dificultades. Tenemos un sentimiento de gratitud, reconocimiento y aprecio por todas las obras que se puedan realizar”. El obispo ha recalcado asimismo que se trata de un “espacio abierto a distintas instituciones, proyectos e iniciativas. Firmaremos convenios de actuación para quien lo use y necesite, es un espacio de encuentro y convivencia”.


El salón llamado del ‘Tanto Monta’ se erigió en 1478 bajo el mandato del obispo Antonio Espés (1466–1484) con una techumbre que tenía originalmente estructura de tijera. Sin embargo, a finales del siglo XVII se construyó un nuevo piso sobre el salón y para ello se transformó la techumbre en la estructura de alfarje que actualmente presenta, a fin de que sus tirantes sirvieran de jácenas o forjado de piso.

El peso añadido que debían soportar los elementos originales de la techumbre fue el origen de sus problemas estructurales y de los diversos daños derivados. A finales del siglo XIX se llevó a cabo una reparación general, con añadido de refuerzos de madera y de hierro, aplicaciones de yeso y repintes generalizados. Posteriormente, en el siglo XX, la Guerra Civil primero y el abandono del inmueble después, dejaron el salón en un estado de máxima precariedad.

El Instituto del Patrimonio Cultural de España inició, en colaboración con el Obispado de Huesca, en 2008, una fase de estudios previos que permitieron definir el estado de conservación del alfarje, sus riesgos de preservación, así como el conjunto de necesidades al objeto de acometer los trabajos de restauración.

A partir de estos estudios se acometió la recuperación de la techumbre buscando en la intervención un equilibrio entre lo conservado del siglo XV y la definitiva trasformación de su estructura. A pesar de su trasformación, la techumbre conserva la mayor parte de los elementos de madera y de su pintura del siglo XV.

Se han eliminado algunos de los repintes del siglo XIX, especialmente donde se ocultaban escudos y lemas originales pintados en las vigas, como la leyenda Tanto Monta, que aparece como una de sus representaciones pintadas más tempranas. En otros casos, se optó por respetar los repintes decimonónicos. Durante la intervención se utilizó como taller el propio salón, elevándose una plataforma corrida que diera acceso al alfarje y permitiera desmontar sus diversos elementos y se utilizó el espacio central como zona de trabajo.