El Obispado de Barbastro-Monzón y la Unidad Pastoral de Graus celebraron en esta villa ribagorzana la cuarta presentación de sus Unidades Pastorales (UP), un ciclo de encuentros por todo el territorio diocesano para dar a conocer los desafíos territoriales y demográficos de la Iglesia diocesana. Tras los encuentros en Benasque, Boltaña y Monzón, Graus acogió la puesta de largo de su propia Unidad Pastoral, poniendo el foco en el servicio a los más vulnerables y la corresponsabilidad de sacerdotes, laicos y consagrados.
El encuentro reunió a un centenar de asistentes, entre los que estaban numerosos alcaldes, incluido el de la localidad anfitriona, José Antonio Lagüéns, y el presidente de la Comarca de la Ribagorza, Roque Vicente. Como es habitual, la responsable de Comunicación de la Diócesis abrió la charla, con las intervenciones del vicario de Pastoral, Paco Cabrero, y la secretaria-canciller, Beatriz Mairal, a propósito de los desafíos pastorales y geográficos.
A continuación, el párroco moderador de la Unidad Pastoral, Nacho Cardona, concretó esos retos y cómo intentan solventarlos con el equipo sacerdotal y el consejo de seglares y consagrados, en una intervención muy aplaudida por el realismo y entusiasmo que trasmitió. Como explicó, este nuevo modo de ser Iglesia responde a la realidad de la zona, buscando coordinar de manera eficiente a sacerdotes y laicos en las tareas de Anuncio, Celebración y Caridad, garantizando así la presencia de la Iglesia en todos los núcleos de población del entorno.
La delegada de Celebración, Silvia Peropadre, presentó la labor de los animadores y presentó a la carmelita sor María Jesús Marco, que brindó un elocuente testimonio sobre el servicio de acompañamiento a la soledad. Se trata de una conjunto de visitas con las que llevar «un poco de alegría, esperanza y escucha» a vecinos de una veintena de localidades, con «el agradecimiento al Señor por llegar a nuestros hermanos». Desde 2016 han contabilizado unas 300 visitas en 17 poblaciones de la extensa unidad pastoral.
El reconocimiento a este servicio dio paso a la ecónoma, Marta Calavera, que habló de autofinanciación y recursos, como vía para mantener activa la labor principal de la Iglesia: atender a las personas. Y pidió la intervención de Joana, colombiana que llegó con su familia a Graus como usuaria del servicio de atención al inmigrante de Cáritas. Hoy, ella y su hija Martina son voluntarias de Cáritas, muestra viva de la misión de la Iglesia en el territorio.
Don Ángel cerró las intervenciones hablando de corresponsabilidad, de la misión que cada uno tiene dentro de la gran orquesta diocesana y de cómo la Unidad Pastoral de Graus alberga el corazón de la Diócesis: Roda de Isábena.
Al igual que en las presentaciones anteriores, la de Graus dio a conocer cómo la nueva organización busca ser más misionera, sinodal y corresponsable, un propósito alentado por la reestructuración pastoral en cuatro delegaciones y territorial en ocho unidades pastorales, para garantizar que «a nadie le falte el pan de la Eucaristía, el pan de la Palabra y la caricia de Dios».
El ciclo de presentaciones tiene una nueva cita esta misma semana en Barbastro, llevando este mensaje de renovación pastoral y compromiso a toda la sociedad del Alto Aragón oriental. Será el miércoles, 29 de octubre, en el Gran Hotel Ciudad de Barbastro.







