Ejercicios espirituales para catequistas de Zaragoza

Iglesia en Aragón
3 de marzo de 2020

Hacía bastante tiempo que no participaba en unos ejercicios espirituales y la idea de pasar un fin de semana, con gente que además aprecio (bastantes conocidos de otras actividades de la Delegación, como la Jornada de Formación o la Escuela de Verano), me apetecía bastante. Y ha resultado tan especial como mis expectativas habían fijado. Dos días en los que con ayuda de D. Juan Sebastián Teruel, nos hemos acercado al Padre Nuestro. En la primera tarde ya se palpaba el buen ambiente y las ganas por parte de todos, buena acogida y cada uno señaló sus propósitos, comienza el silencio.

El sábado a lo largo del día y en varias meditaciones, empezamos a oír cosas como: «Cada uno de nosotros en nuestra relación personal con Dios nos podemos sentir acogidos y resguardados en el Padre Nuestro, o » Todo lo que podamos pedir en nuestra vida, está en el Padre Nuestro. Es la más perfecta de las oraciones, nos dice lo QUE DEBEMOS DESEAR Y COMO LO DEBEMOS DESEAR, puesto que establece un orden de prioridades, que con frecuencia de desordenan, pedimos por lo que nos apetece o lo que nos duele…».

Qué importante la palabra PADRE, sea como sea o haya sido nuestra relación con nuestro padre humano, el amor de Dios tiene un «no sé qué» que ningún amor humano puede llenar, el sentimiento de orfandad queda purificado, además nos estamos comprometiendo, como hijos, a parecernos a Él,  con el compromiso de un corazón humilde y confiado. Desde nuestro bautismo Dios nos ha dicho «te quiero«, como dijo en el bautismo de Jesús: «Este es mi hijo amado…», Dios, nuestro Padre nos quiere, me quiere tal como soy, si Dios me ama, yo tengo que aceptarme tal como soy. No puedo ser más exigente que Dios ¿verdad?…

NUESTRO, Dios inclusivo, abrimos nuestro corazón a todas las necesidades del mundo, vecinos, familiares, compañeros, desconocidos, yo que soy como soy… TODOS.

QUE ESTÁS EN EL CIELO, no es un lugar, es una manera de SER. Dónde está Dios ahí está su cielo, su cielo es un mundo lleno de justicia, paz, bondad, libertad, amor…  Después de oír todo esto, en el rato de reflexión personal me sentí tan emocionada, rezas tan automáticamente el Padre Nuestro que no te paras a pensar que Dios es tu Padre, que encima te quiere , y que además tienes un montón de hermanos, a los que puedes hacer la vida un poco más agradable, si intentas hacer de tu vida un «cielo» para la gente que tienes a tu alrededor.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE. Importancia del nombre, nombrar a Dios nos permite relacionarnos con Él, ¡que los hombres tengan valor para hacer del mundo tu casa, transformándolo!  ¿Cómo trato el nombre de Dios? En la eucaristía mis manos son su altar, ¿Cómo educamos en catequesis para que recuerden que nos ponen a Dios en nuestras manos? La obra no se realiza para en nosotros y en nosotros más que si su nombre es santificado por nosotros y en nosotros, ¿Cómo? con nuestra vida. Nos invitó el ponente a una reflexión sobre nuestro propio nombre, la importancia del nombre elegido y otra en relación a nuestra condición de «elegidos» para santificar. ¿Cómo concienciarnos de que somos unos elegidos cuando estamos rodeados de rechazo? Siempre que te sientas herido piensa «Soy un hijo elegido de Dios, precioso a sus ojos…» y da las gracias, eres amado y por tanto bendecido. Rogamos para merecer tener en nuestras almas tanta santidad como Santo es nuestro Dios. Santificado sea tu nombre…

VENGA A NOSOTROS TU REINO. Reino, alegría que se celebra en el presente y promesa de futuro. Donde Él no está, nada puede ser bueno. Buscar el Reino, nos ayuda a establecer un orden de prioridades, primero un corazón dócil que escucha… ¿Cómo hago posible en mi vida este «ir viniendo» del Reino? Recto pensar, recto proceder…

Y HAGASE TU VOLUNTAD, volvemos al «cielo» antes descrito, donde se cumple la voluntad de Dios con nosotros y para nosotros, que debe convertirse en el criterio de nuestro querer y nuestro ser. Magnifica recomendación en este punto de nuestro ponente: «un poquito de caridad, un poquito de ternura, un poquito de solidaridad, no apaguemos la llama, aunque no sea de «los nuestros»… aunque sea de gentes que no piensan como nosotros, como cristianos». Hágase como Dios quiere y confiemos, fidelidad a Dios, fidelidad al hombre y paciencia al cubo, buena fórmula para la catequesis y la vida.

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA. En este momento de la oración se produce un viraje, nuestra mirada se vuelve a la tierra y al ser humano en sus necesidades, el pan necesario para la vida y el pan eucarístico, el del Reino, donde nuestra vida será plena, feliz.

PERDONA NUESTRAS OFENSAS. Momento cumbre de la oración cristiana, el perdón. La obligación más bella para Dios es nuestra paz, perdona… COMO también nosotros perdonamos. Saber perdonar y olvidar de corazón, ¡te perdono y olvido tus ofensas! igual solo me parecían a mis ofensas, igual eran tus miedos, tus cobardías, tus incapacidades… maravillosa reflexión de nuestro ponente que otra vez, pone el acento en lo importante. Y terminó el día con la actividad dedicada a las Siete Palabras de Jesús en la Cruz. Momentos de reflexión, peticiones al Señor y cercanía entre nosotros y con El, adoración a Cristo en su cruz.

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION. No nos dejes de tu mano, estamos dispuestos a aceptar las pruebas proporcionales a nuestras fuerzas, no nos impongas más de lo que podemos sobrellevar, no nos sueltes de tu mano, no nos dejes…

LIBRANOS DEL MAL, Ya no queda nada por pedir, lo hemos pedido todo, librados del Mal, el Reino puede venir a inaugurar un nuevo cielo y una nueva tierra donde el nombre de Dios es santificado y su voluntad realizada plenamente.

Terminamos nuestras reflexiones y compartimos Eucaristía y el Amén final, agradecimientos y detalles de la Delegación para con sus catequistas. ¡Qué maravilla! No volveremos a rezar el Padre Nuestro de la misma forma, repitiendo de carrerilla una oración que aprendimos de niños, pero no valorábamos en su justa medida. ¡Gracias Señor por tus enseñanzas! ¡Gracias Juanse por tanto buen hacer para nuestro bien vivir!, ¡Gracias Sergio y Lola por estar siempre pendientes de todos los detalles y tanta buena organización! ¡Gracias Rosa por la alegría de tus canciones y tu guitarra! ¡Gracias compañeras catequistas por vuestros testimonios, vuestra compañía y por el buen ambiente de un inolvidable fin de semana en el que nos hemos acercado un poquito más a Dios! ¡Gracias!.

Lourdes Estébanez. Catequista de la Parroquia de la Almudena 

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