La Diócesis de Barbastro-Monzón ha entrado de lleno en una nueva y crucial etapa del Sínodo que estamos viviendo, bajo el lema «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión». Tras un profundo periodo de escucha, los delegados de Anuncio, Celebración, Caridad y Comunión convocan a toda la comunidad diocesana a concretar las prácticas de la sinodalidad en el día a día.
Esta fase de implementación es un camino universal que culminará con la Asamblea Eclesial en el Vaticano en octubre de 2028. No obstante, la tarea que se va a desarrollar en nuestra diócesis se ha marcado de plazo hasta el 31 de diciembre de 2026, para recibir las aportaciones de los grupos.
La clave para avanzar reside en la conformación de equipos sinodales que se dediquen a la reflexión, la oración y el discernimiento. Esos grupos pueden ser tanto los ya existentes (consejos pastorales, equipos de Unidades Pastorales, asociaciones y áreas diocesanas…) como de nueva creación. De hecho, se anima a crear nuevos grupos compuestos por personas de distintas procedencias para enriquecer la perspectiva de la Iglesia local.
A lo largo de este tiempo, se promoverán “intercambios de dones” diocesanos para compartir el desarrollo de los trabajos, animarse mutuamente y crecer en la visión de conjunto que el Espíritu ha regalado.
Para guiar este trabajo de concreción, la Diócesis propone Doce temas prácticos que permitan seguir avanzando en sinodalidad. Estos temas están diseñados para la reflexión, tomando como base el Documento Final del Sínodo y la realidad de la vida cotidiana. Cada tema incluye las referencias pertinentes a ese documento e interrogantes clave que servirán de guía para el diálogo. Estas preguntas no buscan una respuesta directa, sino fomentar la puesta en común de conclusiones sinceras en toda la Diócesis.
Junto a esta guía, la Diócesis pone a disposición de los grupos el Documento final del sínodo, unas pistas prácticas para esta fase de implementación del Sínodo y una sencilla guía sobre los métodos de discernimiento. Este camino debe ponerse en marcha de forma activa en cada Unidad Pastoral. Será su moderador el responsable de sintetizar las conclusiones de los distintos grupos y enviarlas por correo electrónico a la Vicaría de Pastoral.
Se anima a todos los fieles a responder con entusiasmo a esta llamada a la renovación, pidiendo al Espíritu que ilumine este camino para que la Diócesis sea cada vez más Iglesia en comunión, participación y misión