Sí. Es una pregunta trampa. Los católicos tenemos en cuenta las dos realidades y les dedicamos sendas celebraciones: Todos los Santos, el 1 de noviembre; Todos los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre. No hay que elegir.
Pero, ¿todos lo tienen claro? Parece que no, sobre todo, después de que algunas costumbres anglosajonas vayan penetrando en nuestra cultura desde centros de enseñanza y medios de comunicación. Halloween, para los americanos. Nosotros estamos llamados a conocer y afianzar nuestra tradición que, por cierto, es muy, muy rica.
En estas fechas, palpamos que la Iglesia es una madre buena que honra con alabanzas a sus hijos que se alegran en el cielo y ayuda con sus oraciones a quienes están detenidos en el purgatorio a la espera de gozar en la compañía de los santos.
TODOS LOS SANTOS
El día de Todos los Santos es una solemnidad que celebramos el 1 de noviembre en las iglesias católicas de rito latino y el primer domingo de Pentecostés, en la Iglesia ortodoxa y las católicas de rito bizantino. En este día la Iglesia celebra todos los cristianos que gozan de la vida eterna en la presencia de Dios.
Por eso es el día de ‘Todos los Santos’. No se festeja solo a los beatos o santos que están en la lista de los canonizados y por los que la Iglesia celebra en un día especial del año; se celebra también a todos los que no están canonizados pero viven ya en la presencia de Dios en su Iglesia triunfante, en el cielo. Esta fiesta, colocada al final del año litúrgico, también nos habla de la consumación gloriosa del reino de Cristo y de su segunda venida.
FIELES DIFUNTOS
Para la Iglesia católica, la del 2 de noviembre es una conmemoración, un recuerdo que la Iglesia hace en favor de todos los cristianos que han muerto (fieles difuntos), pero todavía no pueden gozar de la presencia de Dios, porque están purificando, en el purgatorio, los efectos que ocasionaron sus pecados. Este día, los creyentes ofrecen sus oraciones (llamadas sufragios), sacrificios y la misa para que los fieles difuntos lleguen a la presencia de Dios.
Hay, pues, una gran diferencia en la fiesta del día de Todos los Santos y el ambiente de oración y sacrificio del día de Difuntos. Aunque la Iglesia siempre ha orado por los difuntos, fue a partir del 2 de noviembre del año 998 cuando se creó un día especial para ellos.