Salir de tu tierra, dejar tu casa y a tu familia supone enfrentarse a una vida desconocida y radicalmente diferente, un empezar de nuevo.
Escuchemos el testimonio de vida y de fe de Zulma, paraguaya y turolense ya, después de diecisiete años, siempre confiada en las manos del Señor.
La delegación del Encuentro continúa poniendo su mirada en la realidad de la migración y nos recuerda que estamos llamados a ser testigos e instrumentos de FRATERNIDAD en nuestra vida cotidiana.