A pie de calle

La búsqueda de la armonía de la vida coloca al ser humano en el centro de todo: en comunidad y en comunión respetuosa con la naturaleza. Somos únicos e irrepetibles. Nuestro ser y vivir personales están llamados a aportar a la sociedad, a la historia, lo mejor de cada uno. La historia nos enseña que la gente normal, nosotros, el pueblo, es quien más puede hacer por un progreso real y duradero. Para descubrir que es así, entremos dentro de nosotros mismos, cultivemos valores auténticos y miremos a nuestro alrededor con ojos limpios y esperanzados. Se trata de que nuestra aportación a la comunidad sea positiva. A pie de calle. En lo sencillo de cada día.

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Propuestas y respeto

“PIPOCAS” (palomitas de maíz) es una sección de humor gráfico del periódico Los Tiempos de Cochabamba. Su autor es Rafael Velasco, que firma como Pipo. Es ...
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La luz y el túnel

Si una grave dificultad en nuestra vida comienza a amainar, decimos, a veces, que ya se ve la luz al final del túnel. Lo mismo que nos dicen los políticos, sob...
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La Semana Santa está perdida…

… turísticamente -dicen muchos-; se puede retrasar -proponen otros-. Escribir sobre Semana Santa y Pascua de Resurrección parece ser ‘de obligado cumplimien...
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¿Será esto la felicidad?

“La gran lección que tenemos que aprender es que todos estamos en la misma barca, y que no podemos vivir de espaldas al dolor de los demás, porque son nuestros...
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Los pequeños pasos

Los problemas e injusticias entre los que vivimos son enormes. También lo son las alegrías y bellezas que contemplamos y hacemos. Las personas ‘a pie de calle’...
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Corazón «bailarín»

Heridos, violencia, vandalismo, destrucción, enfrentamientos… Motivación: defender la libertad de expresión (causa noble, sin duda). Mas, a río revuelto… ganan...
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Una sencilla letra

                Una sencilla letra, un pequeño gesto, una palabra amable… ¡cuánto ayuda a cambiar las cosas!         ...
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Otros también sufren

A veces, o no tan a veces, cuando alguien nos confía sus dificultades o sus dolencias, le respondemos contándole las nuestras que, evidentemente, siempre “son...