Los barrios de Jesús, San José y La Cartuja Baja; las plazas de San Agustín, del Carmen, Santo Domingo, de la Victoria, San Pedro Nolasco y San Antón y las calles de Predicadores, la Trinidad, San Diego, Vírgenes y Temple recuerdan en Zaragoza la existencia de numerosos conventos e instituciones religiosas hasta 1835, cuando la exclaustración expulsó a los religiosos de sus casas, que fueron destinadas a otros usos o, con el paso del tiempo, demolidas. Se ponía así fin a la actividad de órdenes religiosas que llevaban muchos siglos entre nosotros. La más numerosa era la franciscana, de cuya presencia en Zaragoza se cumplen ocho siglos, en vida del propio san Francisco.

Un poco de historia

Según informa la parroquia de Jesús Maestro, el 26 de agosto de 1219, Fray Juan Parente, con letras comendaticias de Honorio III, del cardenal de Ostia y del ‘Poverello’ de Asís, hizo la primera fundación de un convento franciscano en España. Estaba emplazado entre el Ebro y el Huerva, en un lugar denominado ‘La Isla’, del que no queda ningún vestigio. En este convento se celebró el primer capítulo de la Provincia de España, hacia 1220, al que asistieron los beatos Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato, martirizados en Valencia en 1228 y considerados patronos de Teruel. Aquí se hospedaron durante un tiempo estos beatos protomártires de la Orden (muertos en Marruecos en 1220 y que la llegada de cuyos cuerpos a Coimbra provocó la conversión de un canónigo regular de nombre Fernando, natural de Lisboa, en el santo franciscano conocido como Antonio de Padua).

Según los datos de la Gran Enciclopedia Aragonesadesde aquí, donde había sido provincial, volvió a Sajonia el futuro misionero de los mongoles, fray Juan de Piancarpino, y partió el provincial de España, fray Juan Parente, al capítulo general de Asís, en 1227, en el que fue elegido ministro general de toda la orden, sucesor de san Francisco. En el capítulo general de 1230, la primitiva provincia franciscana de España quedó dividida en tres provincias: Santiago, Castilla y Aragón. Años más tarde se fundó el definitivo convento de San Francisco, en la actual plaza de España (sede de la Diputación Provincial), destruido en 1808. En 1447 se funda el convento de Santa María de Jesús, en el Arrabal, y en 1601, el colegio de San Diego 

Convento de san Francisco, en la actual Plaza de España (Zaragoza), destruido en 1808.

Los franciscanos permanecieron hasta 1835. Según documentación del Archivo Diocesano de Zaragoza, fueron expulsados 2.424 religiosos residentes en 166 conventos: de ellos, 537 eran franciscanos y 312 capuchinos residentes en 31 y 19 casas, respectivamente, que cubrían todo el viejo Reino: La Almunia, Alpartir, Aranda, Ariza, Ateca, Borja, Calatayud, Cariñena, Daroca, Ejea, Épila, Luna, Maella, Mallén, Pina, Tauste, Tarazona, Zaragoza y Zuera; Barbastro, Fraga, Huesca, Jaca, Monzón, Sariñena, Tamarite; Albalate, Alcañiz, Alcorisa, Calamocha, Calanda, Híjar, Manzanera, Mora y Teruel

Frutos de santidad

El carisma se ha plasmado en frutos de santidad: san Pascual Bailón y santa Isabel de Portugal, los patronos de Teruel antes citados, san Juan Lorenzo de Cetina; la beata Mª Ángela Astorch, abadesa del convento de capuchinas de Zaragoza, de donde salió para fundar en Murcia (+1665); y mártires de 1936, como la concepcionista de Borja, Mª del Carmen Andía Lacaba y los franciscanos conventuales  Dionisio Vicente, Francisco Remón y Miguel Remón (los tres nacidos en Caudé, Teruel,) Alfonso López (nacido en Secorún, Huesca); además, están en proceso de beatificación por martirio tres clarisas de Monzón asesinadas en Peralta de la Sal el 2 de octubre de 1936 y otra de Valencia, natural de Libros (Teruel) asesinada en el Picadero de Paterna (Valencia) el 25 de noviembre de 1936 con su hermano, sacerdote de la diócesis de Teruel.

Legado

Promovieron la devoción a la Pasión de Cristo a través de las cofradías de la Sangre de Cristo y de la práctica del Vía Crucis y la santificación seglar a través de la Venerable Orden Tercera. En las misiones, destaca la labor en Estados Unidos del siervo de Dios zaragozano Miguel de Añón, asesinado en Georgia (Estados Unidos) en 1597, cuya causa promueve la diócesis de Savannah , y de fray Francisco Garcés, de Morata de Jalón, asesinado en 1781, cuya peripecia se relata en la reciente obra de Robert A. Kittle Pioneros franciscanos: Tres aventureros en el Oeste (Madrid, Palabra, 2019).

 

Los franciscanos, hoy en Aragón

En Zaragoza están presentes los Franciscanos Menores (parroquia de Jesús Maestro y colegio), los Menores Conventuales (parroquia de San Francisco Javier) y los Capuchinos (parroquias de san Francisco y San Antonio de Padua, colegio de san Antonio, etc.), además de los Franciscanos de la Cruz Blanca, las Franciscanas del Espíritu Santo o de Montpellier (colegio La Salle-Franciscanas), las Franciscanas de la Inmaculada Concepción (colegio de sordomudos) y las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. Hay conventos de clausura de Clarisas (Zaragoza, Tauste), Capuchinas (Zaragoza y Caspe) y Concepcionistas (Zaragoza y Épila). También hay que citar la Orden Franciscana Seglar y la Juventud Franciscana (JuFra), así como la cofradía de la Crucifixión del Señor.

Juan Ramón Royo García