Alrededor de la Navidad, el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón volvió a reunir a su Asociación de Amigos para disfrutar del arte en formato cata maridada. Gracias a la colaboración de dos integrantes de la Junta Directiva de la Asociación, Loli Pons y María José Navarro, los amigos pudieron conocer detalles el retablo de Binaced y el cuadro de San Juan Evangelista del Apostolario de San Victorián, acompañados de vinos de bodega Sommos y cava de Pirineos, también Amigos del Museo. La velada contó con el acompañamiento musical del dúo formado por los jóvenes Irene Cancer y Alberto Caracciolo.

La impagable labor de los Amigos del Museo

De forma paralela a la inauguración del actual Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, nació en 2011 su Asociación de Amigos con el objetivo de constituirse en un apoyo no solo económico sino también humano del Museo. Una década después, su evaluación no puede ser más positiva y la entidad es, junto con los voluntarios, uno de los grandes soportes del Museo.

El medio millar creciente de Amigos del Museo, la mayor parte socios de número pero también empresas protectoras o patrocinadoras, han aportado a lo largo de estos años más de 100.000 euros para preservar nuestro patrimonio religioso. Bajo criterios técnicos, se ha intervenido en piezas diversas: desde la casulla del obispo Jerónimo Bautista de Lanuza, al tímpano con crismón de la iglesia de san Pedro de Villamana, pasando por el retablo de la Piedad o la vidriera de la Virgen del Palacio Episcopal.

Además, su ayuda ha permitido adquirir material auxiliar que facilita  la conservación, restauración y divulgación del arte religioso. La última incorporación, un andamio, ya ha hecho posible la actuación de las restauradoras en la portada de la iglesia del Cementerio de Barbastro o, de forma coordinada con la Unidad Pastoral de Sobrarbe, en el retablo de Santa Eulalia de Javierre.

La acción de los Amigos del Museo, ligada de forma directa a la divulgación cultural con iniciativas como el Ciclo del Románico, La Noche en el Museo o los viajes culturales se alinea así de forma perfecta con el proyecto diocesano de evangelización a través del patrimonio.