Lectio Divina: 8 de febrero de 2024

“Las únicas razones que entiende una madre son las razones del corazón”.

1.-Introducción.

         Señor, en este tiempo de oración contigo, quiero que me des la fe de esta mujer cananea, la fe de una mujer que nunca ha estado en el templo de Jerusalén, ni sabe nada de los libros de la Biblia. Una mujer que pone su corazón y todo su ser en la plegaria; una mujer que ha rezado poniendo delante de ti su vida desgarrada por el dolor de su hija gravemente enferma.  Dame, Señor, la gracia de rezar así, poniendo mi vida rota y maltrecha delante de ti.

2.- Lectura reposada del evangelio Marcos 7, 24-30

Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. Él le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos». Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños». El, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija». Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.

3.- Qué dice este texto bíblico.

Meditación- Reflexión

Se fue a la región de Tiro, es decir, fuera del territorio de Israel. ¿A qué se va?

Jesús, cansado de las minucias legalistas de los fariseos que le cansan, tiene necesidad de cambiar de aires.  Y ahí, precisamente en territorio pagano, tiene la posibilidad de oir de labios de una mujer una palabra nueva.  Es curioso que, cuando  Jesús llega a Tiro no se detiene a visitar  el comercio de su puerto; ni los monumentos artísticos de la ciudad. Jesús no va a hacer turismo. Pero sí  se interesa por el llanto de una madre que llora ante su hija enferma. Aparentemente da la sensación de estar preocupado por llevar adelante el plan de evangelizar primero al pueblo judío; incluso quiere razonar su manera de actuar. Pero sólo aparentemente, porque cuando entra en conflicto la razón y el corazón, Jesús opta siempre por el corazón. Es verdad que en su plan está primero su pueblo; es cierto lo que se dice de los infieles en Israel, “son como perros”; incluso es cierto que en las discusiones con varones siempre Jesús ha ganado hasta el punto de optar éstos por no hacerle más preguntas (Mt. 22,22). Pero aquí Jesús se rinde ante esta madre.  No importa que, al principio no le haya escuchado, ni importa que le haya dado razones de su obrar así, ni siquiera que le haya tratado como a un “perro”. Ella ha seguido insistiendo. También los perros tienen derecho a comer. Jesús descubre la fuerza, el coraje y el amor entrañable de una madre y realiza el milagro. Es el “milagro del corazón”. Jesús quiere dejar bien claro la fuerza que tiene la oración de una madre cuando reza por sus hijos. Y quiere también dejar muy claro que en la gran mesa del Padre caben todos sus hijos, aunque sean infieles; aunque sean mujeres.

Palabra del Papa 

“Es una madre desesperada, y una madre que, frente a la salud de su hijo, hace de todo. Jesús le explica que ha venido primero para las ovejas de la casa de Israel, pero se lo explica con un lenguaje duro: ‘Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros’. Esta mujer, que ciertamente no había ido a la universidad, sabía cómo responder. Esta mujer no tuvo vergüenza y por su fe, Jesús, le hizo el milagro. Ella se había expuesto al riesgo de hacer el ridículo, pero ha insistido, y del paganismo y de la idolatría ha encontrado la salud para su hija y para ella ha encontrado al Dios viviente. Este es el camino de una persona de buena voluntad, que busca a Dios y lo encuentra. El Señor la bendice. ¡Cuánta gente hace este camino y el Señor la espera! Pero es el mismo Espíritu Santo que le lleva adelante para hacer este camino. Cada día en la Iglesia del Señor hay personas que hacen este camino, silenciosamente, para encontrar al Señor, porque se dejan llevar adelante por el Espíritu Santo. Ni desistir ni desanimarme cuando parezca que Dios no escucha mi oración”.  (Cf Homilía de S.S. Francisco, 13 de febrero de 2014, en Santa Marta).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.- Propósito: Tener una mirada cariñosa  con el primer extranjero que me encuentre.

6.-Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, yo hoy quiero darte gracias por la acogida que diste a esta mujer cananea. No te importó saber perder para ganar. No te importó quedar mal ante la gente dejándote vencer por los argumentos del corazón de una madre que sufre. ¡Qué alivio para tantas mujeres! ¡Qué consuelo para tantas madres que sufren!

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