Yo soy el buen Pastor
1.- INTRODUCCIÓN.
Señor, ayer nos hablaste del mismo tema, pero es tan importante que merece la pena profundizar más en él. Es una bella imagen de la vida pastoril en la que tú te realizaste como persona en un pueblo insignificante. Cuando Tú, Jesús, te encontrabas en el camino con un humilde pastor de Galilea, ¿de qué hablabas? Sabías adaptarte perfectamente y le hablabas de los campos, las cosechas, las lluvias tempranas y tardías, y, sobre todo, de las ovejas. A nadie le hablabas de tu sabiduría para no humillarles; sólo de lo que ellos sabían tanto o más que Tú. ¡Gracias por esta lección de humildad y sencillez!
2.- Lectura reposada del evangelio: Jn. 10,11-18).
En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»
3.- Qué dice la Palabra de Dios
MEDITACIÓN-REFLEXIÓN
El buen pastor da la vida por las ovejas. Cuando decías esta frase ya sabías lo que te esperaba y cómo ibas a morir. Y no te echaste atrás. Lo que a Ti te interesaba es el poder manifestarnos el amor que nos tenías y buscabas el mejor medio de hacerlo. “Nadie ama más al amigo que el que da la vida por él” (Jn. 15,13). Nos estás diciendo: fiaros de la persona que está dispuesto a sacrificarse por vosotros. Los amigos de bonitas palabras tan pronto vienen como se van. De ti sí que nos podemos fiar plenamente. No nos has comprado “no con oro ni plata sino con tu preciosa sangre” (1Ped. 1,18).
Conozco a las mías y las mías me conocen. Cuando pronuncias este verbo, todos tus oyentes saben el profundo significado que tiene. No se trata de un conocimiento racional sino íntimo, vital, existencial. Nos conoces porque nos amas. Y ahora una pregunta: ¿De verdad que nosotros te conocemos a Ti? Somos cristianos, hace años que te seguimos, todos los días leemos tu evangelio, pero ¿De verdad que te amamos con esa limpieza, con esa exquisitez, con esa elegancia con que Tú nos amas? Danos, Señor, tu gracia para que cada día crezcamos en intimidad contigo.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil.
Seguramente que veías a riadas de gentes que no te iban a conocer; o que te iban a abandonar. Tú hablas de un rebaño con 99 ovejas en el redil y una fuera. Ahora es lo contrario: las noventa y nueve están lejos. ¡Y son tuyas! ¿Cómo no se nos cae la cara de vergüenza a tantos cristianos que te seguimos y dormimos tan tranquilos viendo a tantas personas que viven al margen de tu evangelio, que no se alimentan de tu palabra, incluso que blasonan de no creer en Ti? Pesa sobre todos nosotros tus palabras tan tajantes: ID Y ANUNCIAD EL EVANGELIO.
PALABRA DEL PAPA.
“El Buen Pastor, Jesús, está atento a cada uno de nosotros, nos busca y nos ama, dirigiéndonos su Palabra, conociendo en profundidad nuestro corazón, nuestros deseos y nuestras esperanzas, como también nuestros errores y nuestras decepciones”, explicó Francisco. Además, “nos acoge y nos ama como somos, con nuestros méritos y nuestros defectos. Por cada uno de nosotros Él da la vida eterna: nos ofrece la posibilidad de vivir una vida plena, sin fin. También nos custodia y nos guía con amor, ayudándonos a atravesar los senderos inaccesibles y las rutas a veces peligrosas que se nos presenta en el camino de la vida” (12-Mayo-2019).
4.- ¿Qué me dice hoy a mí esta palabra que acabo de meditar? (Guardo silencio)
5.- Propósito: Hoy voy a dedicar mi mejor tiempo para ayudar a una persona concreta que me necesita.
6.- Dios me ha hablado a través de su Palabra. Ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, muchas son las enseñanzas que me acabas de dar en este texto evangélico tan conocido. Me quedo con la primera: Doy la vida por mis ovejas. Estoy demasiado centrado en mí mismo, en mis cosas, en mis enfermedades, y no caigo en la cuenta que la vida es un regalo que Tú me has dado no para conservarlo, sino para darlo, para hacer el bien a los demás, para hacer la vida más agradable a tantas personas que lo necesitan. ¡Ayúdame, Señor!
Oración resumida del Papa Francisco en época de Pandemia.
“Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino
como signo de salvación y de esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos,
que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios.
No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba
y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.