El cantante y guitarrista Rubén de Lis abrió el pasado viernes las actividades del Encuentro Diocesano de Catequistas que se celebró durante el fin de semana, en los locales de San José. El artista compartió con los participantes su experiencia personal de 25 años de carrera y un punto de inflexión, hace diez, cuando decidió utilizar la música como instrumento de evangelización. “Yo estaba en esa montaña rusa de ganar dinero, vicios, fama entre comillas; vivía una doble vida, me engañaba a mí mismo. Y el Señor me rescató”, contó a medio centenar de jóvenes, sacerdotes, catequistas y el obispo de la diócesis, Ángel Pérez. Acompañado de su guitarra, cantando y animando a cantar temas como Tu mejor soldado, relató su experiencia vital.
“El tema de los jóvenes en la Iglesia actual es algo que nos preocupa y mucho, ya que ellos son las familias del futuro, las familias que han de continuar con esta ‘Iglesia en salida’ que no debe quedarse únicamente dentro del templo”, explican Isabel Martínez y Santi Martín, delegados diocesanos de Catequesis. “Hay que salir. A las zonas donde no está la Iglesia, hay que ir a buscar a los jóvenes y darles propuestas atractivas. Y hay que utilizar su lenguaje en las redes sociales, su lenguaje, música, adaptándonos a su forma de pensar pero sin perder el mensaje: somos cristianos y somos felices”, añaden.
Por eso «Jóvenes y Evangelización» fue el título escogido para esta cita que reunió a jóvenes de clase de Religión Católica, de Catequesis de Confirmación, catequistas, niños de Catequesis, integrantes de coros parroquiales, religiosos y sacerdotes. A las nuevas generaciones les preguntaron cómo ven a la Iglesia, qué le piden, qué hay que mejorar y qué se hace bien. “Este encuentro ha supuesto para todos un ‘subidón a 30.000 watios’ (como él apuntó) para continuar con la labor de evangelización y acompañamiento a los jóvenes, acercándonos a su realidad, animándoles y haciéndoles sentir el amor por Jesús que los catequistas llevamos
dentro”, explican.