El pasado 8 de abril, falleció en Pamplona Flora Jordán Espluga, quien fuera presidenta de la delegación diocesana de Manos Unidas. Don Ángel presidió su funeral en la Catedral de Barbastro, donde Flora había sido bautizada y confirmada, y donde fue despedida por familiares, numerosos amigos y el equipo y voluntariado de Manos Unidas. Su vida constituye un testimonio de fe y servicio, que en el año 1969 le llevó a ingresar en el Instituto Secular Vita et Pax in Christo Jesu.

«Siempre con el ideal de transmitir a través de la cultura y el arte los valores del reino de Dios. En esto has empeñado tu vida, en trabajar por hacer realidad el sueño de Dios, es decir, tejer la fraternidad», glosaron sus compañeras en Vita et Pax en su despedida. Una vez terminada su vida laboral, se volcó en Manos Unidas diocesana y en labores de secretariado en la curia, que en 2022 le quiso mostrar el agradecimiento por su labor en un sencillo acto que acogió el Obispado. Flora, sobrina del beato José Jordán y Blecua, fue una mujer sencilla y discreta.

Parafraseando la semblanza leída en su funeral, «gustaba la sencillez y la austeridad, por ello no nos vamos a perder en elogios. Gracias por tu vida, por tu testimonio de generosidad y servicio. Ahora que descansas en las manos de Dios, intercede por todos nosotros, ayúdanos a vivir en fraternidad y a trabajar por un mundo más humano según el deseo de nuestro padre Dios«.