Jornada de fraternidad y celebración de los sacerdotes de la diócesis de Tarazona por San Juan de Ávila

Marta Latorre
13 de mayo de 2025
Los sacerdotes de la diócesis de Tarazona celebraron ayer  la fiesta de su patrón, San Juan de Ávila.
Los actos de esta jornada de celebración y fraternidad sacerdotal  tuvieron lugar en la S.I. Catedral de Tarazona y dieron comienzo con el rezo de la hora intermedia. Después, el sacerdote de la diócesis de Tarrasa, don Emilio Marles, ofreció una charla sobre cómo evangelizar para llegar más a los fieles.
Es tradicional en esta fiesta celebrar el aniversario de las ordenaciones de aquellos que cumplen 25 o 50 años en el sacerdocio. En esta ocasión, los homenajeados por sus bodas de oro sacerdotales fueron don Jesús Vicente Bueno, que habló en nombre de todos al final de la misa, don José Luis Sofín y don Florián Cuenca. También fueron reconocidos don Francisco Sánchez y Rudesindo Delgado, que no pudo asistir, por sus 60 años de sacerdocio. Todos ellos recibieron un presente, «un detalle para mostraros el cariño de todos, reconocer y animaros en vuestra tarea sacerdotal», señaló el obispo, Mons. Vicente Rebollo.
Aprovechando la fiesta de san Juan de Ávila también se celebró el Jubileo 2025 de los sacerdotes diocesanos,  antes de la misa, con las palabras de acogida del obispo en la puerta principal de la S.I. Catedral de Tarazona, y la procesión por los pasillos del templo hasta la pila bautismal, donde los presbíteros renovaron sus promesas bautismales.
Nuestro obispo, don Vicente, animó a los sacerdotes a ser cercanos con los fieles, a practicar el acompañamiento y a cultivarse interiormente. «Tenemos que ser siempre pastores, dedicados al rebaño de Dios. Pastores auténticos con el Evangelio como norma de nuestra vida», les indicó el obispo a los sacerdotes. «Busquemos, avancemos en esa cercanía con las ovejas. Tienen que encontrar en nosotros siempre al pastor solícito y dispuesto a entregar su vida y lo que puedan necesitar «, prosiguió el prelado, a la vez que les recordaba el interés de san Juan de Ávila por que el clero estuviera formado humana y espiritualmente, «una formación que nos convierte en fuente de esperanza para los demás», añadió. El obispo de Tarazona tuvo, asimismo, palabras de recuerdo tanto para los sacerdotes fallecidos en este último año como para los que se encuentran en la misión de Cochabamba y en China.
El obispo emérito, Mons. Eusebio Hernández, tomó  parte en la celebración y quiso tener unas palabras para los sacerdotes a los que les invitó a practicar y promover la fraternidad sacerdotal y a apoyarse entre ellos.
La jornada culminó con una comida fraterna en el Seminario diocesano.

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