El pasado martes, 26 de diciembre, se celebró en el patio del obispado un merecido homenaje a Carmen Fombuena. Una persona que ha sido el rostro de esta casa, de este Obispado, y lo ha sido durante más de veinticinco años como su conserje.
Muchos de sus compañeros, sacerdotes, seglares, religiosos quisieron acompañarla en tal especial día y despedirla como se merece.
Un abrazo Carmen y hasta siempre.