Continuamos con la serie de entrevistas-testimonio a los nuevos sacerdotes ordenados el pasado 19 de octubre para la Archidiócesis de Zaragoza por D. Carlos Escribano. Damos gracias a Dios por ellos y por su Sí al Señor e inauguramos una nueva serie de entrevistas-testimonio a estos cuatro neo presbíteros.
En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos a Giovanny González, vicario parroquial de la U.P. de Daroca. A continuación, transcribimos la entrevista.
Rocío Álvarez: Giovanny, estás destinado a Daroca. Entrevistamos hace un par de semanas a mi padre, que se ordenó contigo y con dos compañeros más. Estáis tanto tú como mi padre con Federico Castillo, en la Unidad Pastoral de Daroca que comprende muchos pueblos ¿cuántos pueblos lleváis?
Giovanny González: Pues son 28 pueblos y pues entre los tres nos hemos distribuido de tal forma que podamos atenderles de la mejor manera posible. Además de los 28 pueblos en Daroca tenemos dos residencias, en Romanos una y también pues las misas que están en Basílica de los Santa María de los Sagrados Corporales.
R.Á.: Mucha tarea pastoral. ¿Cómo os organizáis en equipo? Porque como dices, es una tarea muy extensa, es mucho reparto, ir y venir, supongo que tendréis ese momento también de compartir, de estar juntos.
G.G.: Sí. De hecho, el trabajo en equipo entre nosotros es clave, fundamental, porque es que, si no, no podríamos abarcar todo, ¿no? estamos distribuidos, aunque el párroco es Federico, pues nos distribuimos en los pueblos y tenemos que, pues somos un sacerdote referencia para diez o nueve pueblos cada uno. Sin embargo, en momentos en que se juntan fiestas en algunos de los sectores, pues nos apoyamos a otros y así o sale un imprevisto o una cosa alguno, pues simplemente nos llamamos, oye puedes cubrir y esto. Y la verdad es que la disponibilidad que tenemos cada uno, yo creo que eso enriquece el trabajo en equipo.
R.Á.: Cómo ha sido la llegada a tu misión como sacerdote a cargo de tantos pueblos. ¿Cómo lo estás llevando?
G.G.: De momento, lo llevo bien, digamos que no esperaba pues tantos pueblos llevarlos así. Y hasta ahora, pues yo creo que es importante el trabajo que han hecho Federico y los sacerdotes anteriores ¿no?, han dejado, pues, todo organizado y eso ha ayudado muchísimo a la instalación y al establecernos nosotros ahí.
R.Á.: ¿Qué es lo que más te está impresionando o asombrando de esta nueva etapa que acabas de comenzar?
G.G.: Sí, hay un tema que a mí me impresiona mucho porque en los medios de comunicación lo veníamos escuchando, siempre el tema de los pueblos, pues, vaciados y esto, ¿no? Pero cuando tú te encuentras en la realidad y llegas a uno de los pueblos, vas caminando por las calles y efectivamente no hay nadie, solamente que cuando llegas a la Eucaristía, a la misa, ahí están las dos, tres personas en un pueblo, pues eso, eso impresiona, ¿no? Porque, vale, seis años aquí en Zaragoza, donde pues mucha gente, estuve en la parroquia del Sagrado Corazón, entonces mucho activismo y de pronto llegas a algo, pues, con mucha pasividad, impresiona, pero también, de alguna manera, no sé, te da un espacio como para contemplar. Creo que es importante esa parte que a veces nos falta en la ciudad y es como para detenernos, para poder también un espacio para pensar, para encontrarnos con nosotros mismos y también para pensar lo que le sucede al mundo.
R.Á.: Y eso, a pesar, fíjate de que tenéis ahí tanto pueblo que puede parecer desde fuera, pues, estarán ahí los pobres, pero luego, aun así, tenéis, ¿no? ese espacio de calma y de remanso que sí que es un contraste con lo que se encuentra en la ciudad y una parroquia de ciudad.
G.G.: Exactamente. Una de las cosas cuando visitamos las residencias, por ejemplo, ves a todas estas personas que claro, durante toda su vida o, por lo menos, la mayoría de los que están ahí, han sido personas de Iglesia, o sea, que han estado ahí y cuando tú los ves en la Eucaristía, pues, ellos están muy contentos, inclusive, se saben las oraciones, las que hace el sacerdote se la saben casi de memoria, entonces eso también me ha impresionado.
R.Á.: ¿Y qué mensaje de gratitud y esperanza te gustaría dejar a todos los fieles de la diócesis que rezan por vuestro ministerio?
G.G.: Bueno, pues, uno, agradecerles profundamente, porque sin vuestras oraciones, la verdad es que el trabajo que se realiza en los diferentes pueblos, pues, yo creo que no sería posible. La oración es clave en todos los niveles y desde cualquier persona que la realice, siempre que la haces desde el corazón, pues, el Señor siempre la escucha. Somos en la Archidiócesis como una gran familia, aquí cuentan todos, el Don Carlos, que tiene la labor principal que se la han comendado como sucesor de los apóstoles, nosotros como sacerdotes pues somos sus colaboradores, pero es importante el trabajo de los seglares, ahora sé que se está hablando mucho del trabajo sinodal, pues, ellos también forman parte del equipo, así que a veces podemos pensar, no que yo no puedo aportar mucho, pues, desde la oración, está portando muchísimo a esta misión en la diócesis.
R.Á.: Pues, muchísimas gracias, Giovanny, por compartir tu testimonio, enhorabuena cuenta con nuestras oraciones y un saludo.
G.G.: Bueno, pues saludos a todos y un abrazo muy fuerte, recordad, que en Zaragoza custodiamos uno de los milagros eucarísticos, así que para aquellas personas que todavía dudan, o no creen que el Señor está realmente presente en Eucaristía, pues, tienen allí que visitar Daroca, porque los Sagrados Corporales ha quedado una huella para toda la vida.
R.Á.: Así es, gracias, Giovanny, un abrazo.



