El claustro del obispado de Teruel acogió ayer la IX Jornada Mundial de los Pobres, una cita que reunió a numerosas personas bajo el lema «Tú, Señor, eres mi esperanza» (Sal 71,5).
La jornada estuvo organizada por las entidades solidarias de la diócesis: Asociación Nacional de Caridad San Vicente de Paul (AIC), Cáritas Diocesana de Teruel y Albarracín, Hijas de la Caridad, Manos Unidas, la Pastoral de Migraciones, la Pastoral Penitenciaria y la Pastoral de la Salud, todas ellas implicadas en el acompañamiento cotidiano de personas vulnerables.
Presentación del cortometraje Atrapados
El acto, presentado por el director de OFICIA David López, se abrió con la proyección del cortometraje Atrapados, dirigido por Iñaki Mercero e inspirado en la icónica La Cabina realizada por su padre, Antonio Mercero, en 1972. La pieza toma como base el último informe FOESSA, que alerta de que desde 2008 un 18% de la población española —unos 9 millones de personas— permanece en situación de exclusión social, atrapada entre el desempleo, la precariedad laboral o ingresos que no permiten vivir con dignidad.
«Queremos que esta jornada sea un encuentro con todas las personas a las que acompañamos y con las entidades que trabajamos cada día junto a ellas», explicó Loles Esteban, secretaria general de Cáritas Diocesana de Teruel y Albarracín.
En la misma línea, Pilara Martín, representante de la Pastoral de la Salud, destacó que la iniciativa busca «unir a las personas con vulnerabilidad y ofrecer un día de reconocimiento dentro de la Iglesia, que debe permanecer atenta a lo que ocurre en la sociedad». Ambas declaraciones recogidas para Diario de Teruel.
Concierto de Luis Guitarra: música para dar voz a los últimos
Tras la proyección, el cantautor Luis Guitarra ofreció un emotivo concierto que resonó con mensajes de esperanza y denuncia. Comenzó con Los favoritos de Dios, una canción que, pese a haber sido escrita hace dos décadas, refleja con plena actualidad la pobreza y la resistencia de quienes viven al límite. El artista recordó que «desde el principio de este acto, todos deberíamos tener claro quiénes son los favoritos de Dios», en referencia a los más desfavorecidos.
Sus letras sirvieron para visibilizar historias reales de exclusión y dignidad, vivencias que el público acogió con un profundo silencio y emoción.
Una llamada de la Iglesia a la esperanza y al compromiso
La Jornada Mundial de los Pobres fue instaurada en 2017 por el entonces papa Francisco, y en su novena edición está siendo guiada por el papa León XIV, quien ha elegido el lema «Tú, Señor, eres mi esperanza» para recordar que los pobres no son solo destinatarios de ayuda, sino testigos de una esperanza firme nacida de la cercanía de Dios.
El Papa ha publicado recientemente la exhortación apostólica Dilexi te (“Te he amado”), en la que insiste en que “no se puede separar la fe del amor por los pobres” y recuerda que servir a los necesitados es parte esencial de la identidad de la Iglesia.
Testimonios y realidad local
El acto concluyó con la emisión de un vídeo recopilatorio de testimonios de distintas delegaciones diocesanas, mostrando la realidad cotidiana de quienes viven la pobreza en primera persona y el trabajo de las entidades que los acompañan.
La magnífica asistencia registrada en el claustro del obispado puso de relieve el compromiso creciente de la comunidad turolense con las causas sociales y la necesidad de seguir creando espacios de encuentro, escucha y solidaridad.

