La iglesia de los Misioneros Claretianos de Barbastro ha acogido, el sábado 23 de agosto, una eucaristía para despedir al padre Carlos Latorre. El obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Pérez Pueyo, presidió la misa concelebrada por los sacerdotes de la comunidad claretiana y de varias unidades pastorales, con gran participación de fieles.
El sacerdote, que ha sido el superior de la comunidad en la capital del Somontano, regresa ahora a Alagón para atender las necesidades pastorales de su congregación. Regresa, porque en Alagón ya estuvo durante la etapa de formación que recibió en el Seminario de esta localidad zaragoza, donde está enterrada su madre, Aurelia.
Carlos Latorre, natural de San Esteban de Litera, ha dedicado su vida al servicio misionero. Ordenado por el obispo Jaime Flores en el Monasterio de El Pueyo en 1967, su dilatada trayectoria le ha llevado a lugares como Roma, Paraguay, Suiza o el barrio de Vallecas en Madrid.
Durante sus 12 años en Barbastro, ha sido testigo de la profunda devoción que la ciudad siente por los Beatos Mártires Claretianos, de la mano del padre José Beruete. Ha sido uno de los encargados de mantener abierto el Museo y de acompañar las visitas de los miles de personas que se acercan cada año. El sacerdote se mostró especialmente conmovido por el gran número de jóvenes que, como parte del Jubileo de la Esperanza, han visitado este año el lugar del martirio de los religiosos.
El padre Carlos destaca su conexión personal con los mártires, a alguno de los cuales conoció en su juventud. Esta cercanía le ha permitido contar su historia con un enfoque especial, haciendo hincapié en la corta edad de los religiosos que fueron martirizados. A muchos de los que visitan el Museo les llama mucho la atención esa circunstancia.
La comunidad de los Misioneros Claretianos de Barbastro, que se sentirá un poco más vacía sin la presencia del padre Latorre, seguirá atendida por el padre Pedro, actual superior, el padre Antonio y el padre Severiano.
Un comentario
Padre Carlos gracias por su cercanía durante estos años que le hemos tenido como sacerdote, misionero y como compañero de los Mártires, cada vez que acudíamos a misa, a visitar el museo y en cada momento que que como residentes e incluso los muchos que visitan el museo de nuestros Claretianos nos cruzabamos y se compartía su historia atraves de sus sentida historia. Gracias ?????????