El párroco in solidum de la Unidad Pastoral de Aínsa-Boltaña, John Mario Moná, reivindica la religiosidad popular que en el Sobrarbe tienen no pocas manifestaciones. Una de ellas, el baile del Chinchecle, se ha conservado a lo largo de los años gracias al Corro d’es Bailes de La Valle Bielsa que en agosto pasado, y por iniciativa del sacerdote, llevó esta danza religiosa al interior de la iglesia parroquial, en el marco de la celebración de la Virgen de la Asunción.

Explica Isabel Irigaray, del Corro d’es Bailes, que su origen es muy antiguo e inicialmente la interpretaban solo hombres. Consta de tres partes: la primera, cantada, son albadas a la Virgen de Pineta, patrona de todo el valle. En la segunda, una mujer dirige el baile que prosigue con la colocación de las parejas y las características «brincaderas», tras las que se vuelven a recoger y salir, ocupando los espacios de la nave central y los laterales. El final llega con el vals de la gaita y la agrupación de los danzantes por cuartetos o tercetos. «Es muy bonito y solemne», resume. La agrupación, adaptó otros bailes, tipo mazurca y valses, para contribuir a ese momento de recogimiento. «Me consta que los feligreses estaban encantados», añade.

Coincide John Mario, al subrayar el «silencio, el respeto y la dignidad» del baile y la respuesta de los asistentes. «Anhelo que los pueblos sientan que lo religioso les perteneces. Porque de lo religioso han surgido muchas tradiciones españolas. Y el Chinchecle es propio de la Virgen de Pineta», insiste y recuerda que su celebración será el 12 de octubre.

Puedes escuchar aquí la entrevista a ambos en Cope Altoaragón.