La publicación ‘Nuestra Iglesia’, editada con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, que se celebra el próximo domingo, muestra el esfuerzo de la Archidiócesis por construir una sociedad más humana, justa y fraterna
‘Sin ti no hay presente. Contigo hay futuro’. Ese es el lema del Día de la Iglesia Diocesana, que se celebra el domingo, 10 de noviembre, y que ha sido presentado este jueves en rueda de prensa por el vicario general del Arzobispado de Zaragoza, Manuel Almor, y el ecónomo diocesano, Jaime Sanaú, quien ha detallado los recursos económicos con los que la diócesis desarrolla su actividad celebrativa, pastoral, evangelizadora, cultural y asistencial.
Solo en el año 2018, la Iglesia de Zaragoza prestó cerca de medio millón de servicios para mitigar la pobreza, asistió a 19.911 inmigrantes, facilitó el acceso al mercado laboral a 7.978 personas y atendió a 1.787 personas víctimas de violencia. Así figura en la publicación ‘Nuestra Iglesia’, que se va a distribuir durante el fin de semana por todas las parroquias de la diócesis, con el objetivo de mostrar a los fieles la importancia de su colaboración.
Tiempo, donativos, oración… Todo es necesario para construir una sociedad más humana, justa y fraterna. “Somos una Iglesia diocesana con corazón: una buena noticia para los pobres”, ha subrayado Manuel Almor, citando a Vicente Jiménez Zamora, quien como Arzobispo de Zaragoza, abre el folleto ‘Nuestra Iglesia’ recordando que, “con los ojos y el corazón de Cristo”, se ofrece a la sociedad una “comunidad de bienes” espirituales y materiales.
Transparencia
Las cifras de 2018 recogen un total de 20,7 millones de ingresos, de los que el 39,27% corresponden a aportaciones de los fieles. “La colaboración económica de los católicos y de todas las personas que valoran el servicio de la Iglesia es fundamental”, ha explicado Sanaú, quien ha agradecido “tanta generosidad” y ha recordado que el dinero recaudado por todas las parroquias en la colecta del próximo domingo se destinará íntegramente al sostenimiento de la Iglesia diocesana.
En cuanto a los 20,7 millones de gastos, el ecónomo ha destacado que el 50,2% se destinó a la conservación de edificios y gastos de funcionamiento, lo que redunda en riqueza para el territorio a través del arte, la cultura y el turismo religioso. Por otro lado, Sanaú matizó que la labor caritativa de la Iglesia diocesana es “mucho mayor” de la que reflejan las cifras presentadas, ya que se canaliza a través de otras entidades de Iglesia como Cáritas o Manos Unidas, que cuentan con presupuestos propios.