En la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el obispo de Barbastro-Monzón ha presidido las misas en honor al Santo Cristo de Graus, con motivo de las fiestas patronales. Sus homilías, dirigidas tanto a la comunidad de fieles como a los cofrades, subrayaron el protagonismo de la cruz como símbolo de amor, consuelo y salvación.
En la primera homilía, en la Misa de Hermanos en la capilla del Santo Cristo, don Ángel partió del poema de Gabriela Mistral Yo necesito una imagen de Jesús el Galileo para instar a los cofrades a ser «voz profética, grito liberador que anuncia a los cuatro vientos que al mundo lo salvan los crucificados, no los crucificadores«. Felicitó a los cofrades más jóvenes y a lasnuevas incorporaciones por «desafiar el qué dirán y liberar del fondo de tu corazón, la fuerza invisible y poderosa del amor. Los cofrades habéis brotado del costado de Cristo, herido. Sois, en este tiempo tan convulso, nuestros «centinelas de la aurora».
Tras la procesión del Santo Cristo, en la eucaristía en la iglesia de San Miguel el obispo se ha dirigido a la comunidad cristiana de Graus con la pregunta: «¿Qué significa para ti mirar al Santo Cristo?». Ha evocado el retablo de Isenheim del siglo XVI, donde Cristo es representado con llagas de la peste, compartiendo el sufrimiento de los enfermos a quienes se atendía en el convento. Este retablo, en palabra de don Ángel, ayudaba a los monjes y enfermos a comprender que Cristo sufría con ellos y como ellos, cumpliendo la profecía de Isaías: «Él soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestras dolencias».
La cruz, explicó, no es una exaltación del dolor, sino del «amor llevado hasta el extremo». Mirar a Cristo en la cruz es aprender a vivir un amor que se hace visible en la vida diaria del pueblo de Graus: en la unidad familiar, en la solidaridad entre vecinos, y en la alegría compartida durante las fiestas. Al finalizar, los fieles han cantado los gozos del Santo Cristo.
Más tarde, el obispo ha acompañado la tradicional «Plegá» del Santo Cristo, presidida por el prior, autoridades y hermanos de la cofradía, en su recorrido por las calles de la villa repartiendo los tradicionales cordonés.