Con motivo de la festividad de San Juan de Ávila, el pasado 10 de mayo, los sacerdotes de la diócesis de Tarazona celebraron una serie de actos para festejar a su patrón.
La jornada comenzó con el rezo de la Hora Intermedia. Después el obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, dio paso a la charla que ofreció el ermitaño y párroco de Purujosa, D. Francisco Barrionuevo, quien habló del silencio y resaltó que él pide al Señor constantemente la gracia del silencio para que ayude a los sacerdotes. Asimismo, habló de María como gran valedora del don del silencio y añadió que “quien mendiga el silencio siemrpe recibe la sonrisa de la Virgen”. El padre Barrionuevo destacó que la figura de Jesús es “fundamental en la vida del sacerdote y su presencia es nuestra alegría”.
Tras la charla, D. Eusebio hizo entrega de las distinciones por los aniversarios en sus ordenaciones sacerdotales a D. Esteban Aranaz, por sus veinticinco años , en cuyo nombre recogió su madre, Dña. Marina, ya que él se encuentra en China; a D. Pascual Tornos Gotor, D. Wenceslao Sanz Gil y D. Javier Gracia Aparicio por cumplir cincuenta años de sacerdocio y por los sesenta años de la ordenación de D. Tomás López Martínez, D. Arturo Puente Plana y D. Jesús Coloma Lalinde.
Después, tuvo lugar la eucaristía en la capilla del seminario diocesano que estuvo presidida por D. Eusebio y concelebrada por varios sacerdotes diocesanos.
El obispo de Tarazona invitó a los presbíteros en su homilía a preguntarse si hacen todo lo que está en sus manos para que la gente los vea como servidores y son verdaderamente evangelizadores con sus palabras.
La jornada de celebración del patrón del Clero Secular Español, en la que hubo palabras de recuerdo para el cura recién fallecido D. Baltasar Marina, finalizó con una comida de hermandad entre los sacerdotes de la diócesis.