¿Qué tiene la ciudad de Daroca (Zaragoza) que la singulariza en la cristiandad? Sin duda, el Santísimo Misterio de los Sagrados Corporales, uno de los milagros eucarísticos más portentosos de la historia, sucedido en 1233, y que forma parte de la colección de hechos que dieron origen a la festividad del Corpus Christi y a la composición de los textos litúrgicos para esta fiesta por parte de santo Tomás de Aquino.

A esta singularidad, se une la bendición extraordinaria con el Santísimo Misterio, en el mediodía del Domingo de Resurrección de 2020, desde la torre de la Basílica, pidiendo protección y el fin de la pandemia. Dejemos que sea el párroco, Sergio Pérez, quien describa la iniciativa:

Con profunda fe y conscientes del momento histórico que estamos viviendo desde la Unidad Pastoral y la Esclavitud y Damas del Santísimo Misterio hemos elevado hoy nuestra súplica confiada al Señor Todopoderoso vivo en los Sagrados Corporales.

En la mañana del Domingo de Resurrección el Santísimo Misterio ha bendecido a toda nuestra unidad pastoral en una bendición extraordinaria pidiendo el cese de la pandemia.

Desde lo más alto de la torre del campanario de la basílica de Santa María hemos pedido al Señor por los enfermos y por el personal sanitario, por nuestra Diócesis y por los gobernantes. La bendición se ha seguido en directo por las redes sociales y muchos darocenses se han unido a ella desde sus casas aplaudiendo y gritando vivas al Santísimo Misterio. Los miembros de la Esclavitud y Damas han seguido la bendición desde muchos puntos de la geografía española con la medalla de los Corporales al cuello signo de comunión y devoción.

La Unidad Pastoral de Daroca está compuesta por 28 pueblos y desde hace tres años caminamos juntos construyendo el Reino de Dios en esta comarca marcada por la despoblación.

Uno de los retos pastorales que nos anima es buscar en la eucaristía y en la devoción a los Sagrados Corporales una seña de identidad que nos ayude a vivir unidos iluminando nuestra comarca.

Desde Daroca, ¡feliz Pascua!

¡Viva el Santísimo Misterio! ¡Bendícenos, Señor!