Bautismo del Señor: 10 de enero de 2021

INTRODUCCIÓN

En el bautismode inmersión, tal como era costumbre hacerlo en las primeras comunidades cristianas, el que se bautizaba se sumergía en el agua para simbolizar la sepultura de Jesús y el emerger del agua era signo de Cristo Resucitado.  Nuestros pecados quedan sepultados en Cristo y renacemos a una vida nueva de resucitados. De cualquier manera bautizarse significa “darse un baño”.  A veces nos pasamos todo el día en un Museo y nos damos “un baño de arte”. Otro día nos entusiasmamos oyendo bellas sinfonías. Y nos damos “un baño de música”. ¿Y no pensamos que un día nos dieron un precioso “baño de Dios”? De Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. De Dios que es Comunión, Hogar, Familia, “Éxtasis de amor”. No olvidemos el día más bonito de nuestra vida.

TEXTOS LITÚRGICOS

1ª Lectura: Is. 42, 1-4.6-7.     2ª Lectura: Hch. 10,34-38.

EVANGELIO

Macos 1, 7-11

Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco»

Jesús se bautiza en el Jordán por Juan Bautista, pero le da al bautismo un nuevo contenido. Nos dice que no basta bautizarse con agua, un puro rito externo, sino que hay que bautizarse en el Espíritu Santo. “Se abrieron los cielos y vino sobre Jesús el Espíritu Santo”. Y esto significa lo siguiente:

REFLEXIÓN

1.- El E. Santo es el Dios del amor.

Ser bautizado en el Espíritu es estar impregnado, empapado del amor del Padre. Por eso, lo que oye Jesús cuando se abren los cielos, es la voz del Padre que dice: “Este es mi hijo muy amado en el que pongo mis complacencias”. El cristiano se bautiza en ese mar infinito de amor.  Y procura, como Jesús, hacer las delicias de Dios, su Padre. ¿Cómo en concreto? Estando muy cerca del que más lo necesita. “Jesús pasó por la vida haciendo el bien y curando a los que estaban oprimidos” (2ª lectura). No dice el texto: “Pasó por la vida sin hacer mal a nadie”.  “Pasó haciendo el bien”. No es un buen cristiano el que se limita a no hacer mal. Es cristiano el que dedica su vida, sus años, su juventud, en hacer bien a los que lo están necesitando. Sanar, curar, alentar, levantar, son verbos cristianos

2.- En la primera lectura el profeta Isaías nos ha dicho acerca del Mesías.” No gritará, no vociferará”. De 33 años que vivió Jesucristo se pasó 30 años en un pueblo insignificante, Nazaret, viviendo y trabajando como uno más, como uno de tantos. Hay momentos y circunstancias en la vida humana en que sobran las palabras. Todo lo que tenemos que decir, lo decimos mucho mejor con el silencio. “Las mejores palabras brotan de un corazón silencioso”.  El cristiano no va por la vida “gritando”, “imponiendo”, “haciendo ruido”, “haciéndose el importante”.  

3.- No romperá la caña cascada.

Es una bella definición de la persona humana. Lo dijo muy bien Pascal:” El hombre es una caña pensante”. Por ser “caña” es débil, frágil, muy limitado. Y después de COVID-19 hemos comprobado no sólo la vulnerabilidad del hombre, sino la vulnerabilidad de la humanidad. El hombre por ser “pensante” aumenta la capacidad de sufrimiento. Mueren las plantas y mueren los animales, pero “no saben que se mueren”, no sufren por tener que morir. Por eso el pájaro puede morir cantando y la flor exhalando el último perfume. Sólo el hombre muere llorando. Ser cristiano es asumir la condición de hombre, y tratar de superar esta situación acercándose a la persona de Jesús, bautizándose no con un bautismo de agua sino “de sangre”, es decir, entregando su vida al servicio de los demás. Al final “se abrirán los cielos”, y saldrá el mismo Padre en persona a recibirnos y darnos un abrazo eterno.

PREGUNTAS

1.– Como cristiano, ¿doy importancia a mi bautismo? ¿He pensado alguna vez en lo que supone estar bautizado, es decir, estar sumergido, empapado en el amor infinito del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?

2.- ¿Me creo que por gritar más tengo más razón? ¿Estimo el silencio y la soledad como valores de la vida?

3.- “El pábilo vacilante no lo apagará”. Debajo de las cenizas de cada persona, ¿Sé descubrir el rescoldo de sinceridad, de bondad, de solidaridad que llevan dentro?

Este evangelio, en verso, suena así:

Con ilusión nuestros padres

nos bautizaron de “niños”.

Celebraron una fiesta

con familiares y amigos.

De “mayores” olvidamos,

por ignorancia o descuido,

que en el bautismo aceptamos

unos fuertes compromisos.

Por el bautismo elegimos

ser discípulos de Cristo:

poner nuestra fe en Jesús

y vivir según su estilo.

En la fuente del bautismo

estrenamos un “vestido”

nos ungieron con el “óleo”,

nos entregaron un “cirio”.

Estos símbolos nos urgen

a ser de Cristo “testigos”

a pasar haciendo el bien

curando a los oprimidos.

En el mundo del dinero

del poder y del prestigio,

los cristianos apostamos

por el amor y el servicio

Señor, que nuestro bautismo

dé a nuestra vida sentido.

Es timbre de honor y gloria

ser tus hijos adoptivos.

(Estos versos han sido compuestos por José Javier Përez Benedí)

ORACIÓN EN TIEMPO DE LA PANDEMIA

Señor Resucitado: Mora en cada uno de nuestros corazones, en cada enfermo del hospital, en todo el personal médico, en los sacerdotes, religiosos y religiosas dedicados a la pastoral de la salud,  en los gobernantes de las naciones y líderes cívicos, en la familia que está en casa, en nuestros abuelos, en la gente encarcelada, afligida, oprimida y maltratada, en personas que hoy no tienen un pan para comer, en aquellos que han perdido un ser querido a causa del coronavirus u otra enfermedad. Que Cristo Resucitado nos traiga esperanza, nos fortalezca la fe, nos llene de amor y unidad, y nos conceda su paz. Amén

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