Descubren dos frisos del siglo XVI en la cúpula del Palacio Episcopal de Tarazona. Las obras de restauración equiparan el conjunto artístico con el de la Catedral

David López
16 de octubre de 2025

La restauración de la cúpula del Palacio Episcopal de Tarazona ha deparado un hallazgo inesperado: dos frisos renacentistas del siglo XVI que habían permanecido ocultos durante siglos bajo capas de cal. El descubrimiento se produjo durante las obras ejecutadas por la Fundación Tarazona Monumental, que durante nueve meses ha trabajado en el sellado de grietas estructurales, la limpieza de yeserías y esculturas, y la reintegración cromática de pinturas murales.

“La cúpula se encontraba en muy mal estado y los frisos eran inapreciables. Pero su calidad es excepcional, superior a la que esperábamos”, explica el restaurador Miguel Ángel Agoiz.

Según la Fundación, el valor artístico del conjunto es comparable al de las obras renacentistas más importantes de Tarazona, como la fachada del Ayuntamiento o la Catedral, conocida como la Capilla Sixtina del Renacimiento español.

Los frisos del siglo XVI habían permanecido ocultos durante siglos bajo capas de cal

Frisos con mensaje simbólico y teológico

El primero de los frisos redescubiertos, de carácter decorativo y ejecutado en grisalla, rodea la base de la linterna con representaciones monocromas de estilo ilusionista. El segundo, situado en el tambor de la cúpula, incluye inscripciones en pan de oro sobre fondo azul con un fragmento del Génesis (28, 12-13 y 16):

“Vio Jacob una escalera cuya cima tocaba el cielo, por la que descendían ángeles. Y dijo: verdaderamente este lugar […] Año 1551”.

Aunque el texto está incompleto, refuerza el simbolismo de la escalera noble como vía de ascenso entre el mundo terrenal y el divino, articulando arquitectura, teología y monarquía con una clara intención propagandística en torno al emperador Carlos V.

Alegoría del poder divino del monarca

La escalera noble, construida por Juan de León el Viejo entre 1549 y 1552, sostiene un tambor dodecagonal y una cúpula semiesférica coronada por una linterna. Las decoraciones, atribuidas a Alonso González, fueron encargadas por el obispo Juan González de Munébrega. En ellas conviven los retratos de Carlos V, Felipe II y el propio obispo, junto a esculturas mitológicas que representan las amantes de Júpiter y diversas virtudes sostenidas por figuras grotescas.

“Carlos V, envejecido y próximo a su abdicación, buscó consolidar su imagen como monarca divinizado, vinculándose simbólicamente al rey de los dioses”, explica Julio Zaldívar, gerente de la Fundación Tarazona Monumental.

Un Palacio que sigue revelando secretos

Los trabajos han permitido consolidar una estructura muy deteriorada y recuperar el esplendor artístico de la cúpula, declarada Bien de Interés Cultural. El siguiente paso será la restauración del denominado Nuevo Salón de Obispos, una estancia del siglo XV con un magnífico alfarje que podría ocultar nuevas sorpresas.

El Palacio Episcopal, antigua zuda musulmana y posterior castillo, fue residencia de los obispos turiasonenses desde el siglo XIV. Hoy forma parte del recorrido musealizado de la Fundación Tarazona Monumental, que gestiona sus visitas guiadas.


Cómo visitar el Palacio Episcopal

El edificio puede visitarse de martes a domingo mediante visitas guiadas organizadas por la Fundación Tarazona Monumental, que próximamente incorporarán la historia de los frisos recién descubiertos.
Más información y reservas:
? tarazonamonumental.es/rutas-turisticas-horarios

En breve se van a iniciar los trabajos de restauración del apodado “Nuevo Salón de Obispos”
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