Dios Padre sigue llamando. Nunca ha dejado de hacerlo.
A quien llama, le da su gracia para que pueda responder.
No todos le hacen caso. O no todos lo escuchan. No hay silencio en su interior o hace demasiado ruido fuera y no pueden escuchar.
Eso sí: de vez en cuando te sorprende a quién llama. Porque los hay de todo ‘pelaje’, con perdón. Aunque lo digo con mucho cariño. Dios llama muchas veces a quienes no parecen tan ‘normalitos’. Gracias, Padre, por tus sorpresas que achican las “normalidades” que gustan mucho a muchos de los que nos llamamos, e incluso queremos ser cristianos en serio.
Por eso traigo aquí un caso encontrado en ABC – 28 agosto 25.
“El influencer Pablo Garna deja Instagram para entrar al seminario: «Lo único que quiero en esta vida es ser santo y todo lo demás me sobra». Esta era la frase que el influencer Pablo García, conocido en redes como Pablo Garna, ha anunciado que se despide del vasto mundo de Instagram para iniciar una nueva etapa. Y no cualquiera. Porque va a entrar en el seminario con un único fin: prepararse para el sacerdocio.
Pablo Garna ha decidido cambiar la notoriedad, fama e ingresos de las redes por edificar una existencia más espiritual. Ha decidido abandonar a sus 640.000 seguidores y anunciar su retiro para entrar en un seminario.
En su cuenta, dentro de su biografía, destacaba una cita bíblica muy señalada: «De lo que rebosa el corazón habla la boca». Un espacio donde mezclaba un poco de todo: siempre ha habido moda, humor y viajes, pero también reflexiones sobre la vida. Y eso incluye a Dios y la fe.
Para anunciar su adiós a las redes, su despedida como influencer y su abrazo al retiro, Pablo Garna ha publicado un vídeo en el que ha mostrado al mundo todos sus sentimientos y la razón que le ha llevado a emprender un camino más espiritual. «No sabía si este momento llegaría algún día, pero ha llegado. Es una etapa que se cierra para dar paso a otra radicalmente distinta: silencio, oración, hábitos, rutina… una vida de entrega al servicio de los demás», ha comentado.
El modelo e influencer ha reconocido que dejar atrás su vida actual no ha sido algo sencillo, pero ha querido advertir que para nada se trata de una decisión impulsiva. «Desde el primer día soñé con llevar el amor de Dios a través de esta pantalla. (…) Me iba bien en la vida: mis viajes, mi coche, un trabajo increíble… el sueño de muchos. Pero, ¿de qué me sirve todo eso si en el fondo de mi corazón hay otra cosa?», ha cuestionado.
Pablo Garna ha explicado lo que significa para él la palabra “éxito”: «El verdadero éxito en la vida no es Instagram, no es tener dinero ni que te reconozcan por la calle. Son cosas buenas, pero para mí el verdadero éxito está en vivir la vida que Dios pensó para mí».
No obstante, también ha querido restar pomposidad a su anuncio y ha mostrado su característico sentido del humor ante las dudas que pueda ofrecer su futuro tanto a sus seguidores como a él mismo. «Yo muchas veces le digo al Señor: ‘¿Pero por qué me llamas a mí, que soy un zopenco?’. Pero bueno, eso ya se apañará él, que sabrá lo que hace», ha indicado. Y que se siente “muy tranquilo, feliz, contento y con mucha paz”.
Es consciente de que su camino hacia el sacerdocio sorprenderá a muchos, sobre todo porque, a priori, parece que lo tiene todo en la vida. “Estabilidad, ciertos lujos y pocas preocupaciones, pero, ¿de qué me sirve todo eso si mi corazón anhela y me grita otra vida? Yo me niego a conformarme”, expresa.
Garna no cierra la puerta a volver a las redes sociales en el futuro y ni siquiera tiene claro que termine convirtiéndose en cura, pero sí está seguro de que, por ahora, sus pasos han de dirigirse en ese sentido
Y antes de despedirse, ha pedido algo muy especial a quienes hasta ahora han sido sus seguidores: «Lo que te pido es que, si quieres, que reces por mí. Para que no me guarde nada. Para que mi entrega sea entera, aunque no vea resultados ni frutos. Para que, también en los momentos malos, me repita una y otra vez: solo Dios basta».
CIERTAMENTE, DIOS LLAMA A QUIEN QUIERE Y CUANDO QUIERE
Famosos. O no, que es lo normal