El órgano de la Catedral de Teruel volvió a resonar con toda su fuerza el pasado viernes, 25 de febrero, ante una audiencia que llenó el templo y que agradeció en aplausos el buen hacer del organista, José Martínez Gil, en la interpretación del programa del concierto que el Cabildo Catedral organizó por la puesta a punto del órgano.

Gracias al trabajo del maestro organero, José Antonio Azpiazu, quién fue el encargado de la restauración y acondicionamiento, hijo además de José Antonio Azpiazu Gómez, que fue quien construyó el instrumento de la Catedral de Teruel en 1958, y que lamentablemente falleció en 2020.

El impulsor de esta puesta a punto es Alfonso Belenguer, Vicario General y responsable de la Catedral. En marzo de 2021, se solicitó el presupuesto y en octubre comenzaron los trabajos que terminaron hace apenas unas semanas. Se ha financiado con fondos de la Fundación Ibercaja (20.000 euros), de la Diputación Provincial de Teruel (15.000 euros) y de la dirección general de Patrimonio del Gobierno de Aragón (5.000 euros). El resto, 42.800 euros, proceden de “donaciones particulares y anónimas de turolenses, algunas de ellas muy generosas”.
Fue un concierto precioso presentado por la profesora María Carmen Muñoz, quien aporto maravillosamente la parte vocal del concierto. José Martínez Gil, pese a tener unos dedos vendados, no le impidieron sacar lo mejor del órgano gracias a su dilatada experiencia y arte en la interpretación.
Nuestro Obispo, don José Antonio Satué, finalizó el acto con unas palabras en las que destacó la importancia de la música para expresar nuestros sentimientos religiosos y la importancia del órgano con sus notas graves y agudas, en este tiempo de sinodalidad todos formamos parte de la misma orquesta.