«Tú también puedes ser santo»: 9 de noviembre Día de la Iglesia Diocesana

Fabio Ovalle Medina
7 de noviembre de 2025

«Tú también puedes ser santo» es el lema de la campaña del Día de la Iglesia Diocesana que la Iglesia celebra este año el domingo 9 de noviembre. El secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia invita a conectar la santidad con el día a día de nuestras vidas. Precisamente, el 9 de noviembre, día de la dedicación de la Basílica de Letrán, es la jornada establecida por el papa Francisco para conmemorar a partir de 2025 a los santos, beatos, venerables y siervos de Dios en las Iglesias particulares.

En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos a Ángel Arrebola, párroco de san Valero y responsable de la Oficina para la Causa de los Santos de la Archidiócesis de zaragoza. A continuación, transcribimos la entrevista.

Rocío Álvarez: Ángel, vamos a concretar primero lo que significa esta campaña del Día de la Iglesia Diocesana, es un día para poner en valor todo el bien que hace la Iglesia por su comunidad y por la sociedad. Y a la vez también un llamamiento a los propios católicos para recordarnos que nosotros somos iglesias y que está nuestra mano que salga adelante y que crezca. Cada año la Conferencia Episcopal idea un tema diferente para presentar esta campaña, en esta edición pone en el acento en la vocación a la santidad que tenemos cada uno de los bautizados. Pregunta, ¿de qué manera unirías este tema de la santidad con el compromiso que los fieles deben procurar con el sostenimiento de la Iglesia?

Ángel Arrebola: Pues yo lo resumiría en un lema: invertir en la santidad. Se puede invertir, en muchas cosas ¿verdad? se puede invertir en un terreno, se puede invertir, pues lo dice el Evangelio ¿no? procurados una casa en el cielo. Entonces invertir en la Iglesia hoy, incluso económicamente, el apoyar a la Iglesia en sus necesidades que es uno de los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, es invertir en santidad. Es invertir en que la Iglesia siga realizando su labor que en definitiva no es otra que no solo una labor, digamos, de tejas abajo, sino de tejas arriba. Porque al final lo que se pretende es, sobre todo, pues que, si los cristianos y los católicos somos buenos, somos buenas personas, o mejor si somos santos, pues realmente es una gran inversión para esta sociedad. El mundo mejora, la sociedad mejora, la vida es mejor, como decía Benedicto XVI en aquella famosa conferencia, que partía del presupuesto de que Dios no existe, y terminaba diciendo, bueno, aunque Dios no existiera, convendría vivir, porque es mejor para todos vivir como si Dios si existe.

R.Á.: Que buen lema invertir en santidad. Ángel, además, en el vídeo promocional que hemos escuchado antes, uno de los santos que aparece es Carlos Acutis, como modelo de esperanza para nuestros jóvenes. Sabemos, porque además lo publicamos en nuestras redes, que fuiste a Roma con vuestro grupo de jóvenes de Effetá qué tenéis en la parroquia, a su canonización en septiembre. ¿Cómo vivisteis ese momento?

Á.A.: Pues la verdad es que fue un momento de muchísima intensidad, ¿no? ver a ese llamado ‘Santo millennial’, con el móvil en la mano, con su mochila, con sus vaqueros, que además pues está en el cartel, que todos hemos visto ya este año para la campaña de la Iglesia Diocesana y que se replica en ese otro joven que está con su ordenador desde casa que yo, con su silla de gamer, ahí jugando, trabajando. Pues un momento de muchísima intensidad, porque realmente la Plaza de San Pedro vibraba, quizá más llama más la atención, Carlos Acutis, pero también Frassati, el otro Santo, más antiguo, porque era de principios de siglo, pero también joven. Entonces, cómo eso me recuerda que la santidad se adapta a cada momento de la historia, es decir, que hay santos, o hemos visto santos vestidos de soldados romanos, pero que hay santos con mochila y con móvil, y esto también hace que la santidad no sea una cosa de museo, o sea que los santos no son gente de museo, sino verdaderamente algo actual, ¿no? que debemos de vivir en cada momento.

R.Á.:  Además, Ángel te quería preguntar, visto el grupo de jóvenes que ya tienes, pues activo en la parroquia, todo ese movimiento de Effetá y demás, ¿qué le dirías a los jóvenes que viven sin esperanza hoy en día? Leemos tantas noticias desesperanzadas, incluso de jóvenes que se quitan la vida, es un índice que está subiendo exageradamente ¿qué les dirías a esos jóvenes para recuperar la esperanza del sentido de vivir?

Á.A.: Pues que verdaderamente el encuentro con Jesucristo, que no es un ente, que no es una idea, que no es una ideología, sino una persona. Entonces, el encontrarse con Jesucristo, cuando hablas con los jóvenes, te das cuenta que esa es la experiencia que tienen, ¿no? Insisto, no es una cuestión de ideologías, yo no soy cristiano porque también decía Benedicto XVI, no se sigue a Jesucristo por una cuestión ideológica, sino por un encuentro personal con él, ¿no? Y esa es la experiencia, es decir, y más hoy donde la transmisión de ideas no vale, sino que hay que experimentar, pues yo les diría a los jóvenes que experimenten, o sea, que se acerquen a experimentar la presencia viva de Jesucristo en la Eucaristía, la presencia viva de Jesucristo en la comunidad, la presencia viva de Jesucristo cuando hacemos caridad o vivimos el amor a los pobres, la presencia viva de Cristo en la oración, y realmente esa experiencia, es hoy, lo que transforma, ¿no?

R.Á.: Ya para terminar ángel cómo puede un católico en el mundo de hoy, de ciudad, frenético, ¿no? en el que tiene una rutina que le lleva, trabajo, estudio, comida, familia, en el que casi no tiene tiempo para parar, para rezar, para contemplar, ¿cómo puede ese católico ser santo hoy?

Á.A.: Pues precisamente ahí, es decir, no sé es santo a pesar de que haya que trabajar, no sé santo a pesar de que tengamos un horario muy estricto, no hay que ser, no se es santo a pesar de mi familia, sino ser santo en el mundo frenético, es decir, ser santo con el reloj de la mano, ser santo yendo en el coche, ser santo viviendo con esta familia, y ese es el medio de santidad, el mundo no es el obstáculo, las primeras páginas del Genesis lo dicen claramente, ¿no? Vio Dios, todo lo que había hecho y era muy bueno, el mundo es muy bueno porque ha salido de las manos de Dios, no puede ser malo, y entonces las cosas que nos rodean, pues nuestro trabajo, las amistas, la diversión, ese no es el obstáculo para la santidad, ese es el camino precisamente para la santidad, ¿no? Encontrar a Dios en lo habitual, pues eso como nos recuerda esa imagen de Carlo Acutis, donde ni la tecnología, podía decir que ni inteligencia artificial es el obstáculo, ¿no? A veces puede ser hasta el medio por el que nosotros vayamos a Dios y a buscar la santidad, en medio del mundo, como lo hicieron en otras épocas, pues una Teresa de Jesús, un Ignacio de Loyola, un Francisco Javier, o quien se yo, ¿no? es decir, que todos esos grandes santos, ¿no? lo que hicieron fue llevar a Dios, o mejor la sociedad, la que les tocó vivir, llevarla a Dios, ¿no?

R.Á.: Qué bien, qué bueno, Ángel, pues nos quedamos con ese lema tan bueno: ‘invertir en santidad’, muchísimas gracias por inspirarnos, ¿no? Y darnos estas pautas, realmente se puede y debemos intentarlo, tú también puedes ser santo, como dice el lema, pues muchísimas gracias Ángel, un saludo.

Á.A.: Gracias a ti, un saludo a todos.

 

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