El 8 de diciembre la Iglesia celebra la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. Este dogma de fe declara que María, la Virgen Santísima, fue protegida por una gracia especial y preservada de todo pecado desde su concepción. Así lo explica el Catecismo de la Iglesia (490): “Para ser la Madre del Salvador, María fue dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante” (LG 56)
Esta festividad tiene su origen en el 8 de diciembre de 1854 cuando el Papa Pio IX, en su bula Ineffabilis Deus, proclamó la Inmaculada Concepción como dogma de fe: «… la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803).
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, esta “resplandeciente santidad” de María le viene de Cristo porque “Él la ha elegido antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor” (Ef 1,4).
Este día nos brinda la oportunidad de acercarnos más especialmente a María y a su Corazón Inmaculado, un camino seguro hacia Dios.
TERMINA EL AÑO DE SAN JOSÉ
En este día, 8 de diciembre de 2021, también acaba el “Año de San José” propuesto por el papa Francisco, pero no termina la devoción hacia él. El patrocinio de San José, escribe el Arzobispo de Zaragoza, sigue siendo “muy necesario como protección ante las adversidades que no faltan y como aliento en su renovado empeño de evangelización en el mundo y de reevangelización en aquellos países en los que la religión y la vida cristiana fueron florecientes y ahora están sometidos a una dura prueba”.
En el marco del 150 aniversario de la declaración de este santo como patrono de la Iglesia Universal, el papa Francisco resaltó en la Carta apostólica Patris Corde (Con corazon de padre) las cualidades del esposo de María y padre de Jesús: trabajador, humilde, valiente y saber permanecer en la sombra y siempre fiel a Dios.