Y todo llega, querido lector,  regresamos paulatinamente a la normalidad de nuestras vidas, abriendo los ojos como niños ante esta primavera -exterior e interior- que nos deslumbra este año más que nunca.

¡Y no queremos volver como antes, no! Queremos ser «sembradores de esperanza».  Me permito hacer uso para este artículo de esta expresión, que proviene del título del documento con el que los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y defensa de la Vida nos interpelan un año más. Apenas el pasado 25 de marzo se celebraba el día de la vida por antonomasia, parece que hubiera pasado una eternidad…

Qué reconfortante para usted y para mi pensar que podemos sembrar esperanza a nuestro alrededor, asemejándonos a pequeñas luciérnagas en la noche, que nos sorprenden  y encandilan, y a las que uno no puede dejar de seguir al menos con la mirada.

Pero en este día la atención de esta “firma” se centra en unos sembradores un tanto especiales, que se honran al considerarse brazos profesionalizados de la Iglesia, y que además están deseando abrir sus puertas de nuevo ¿A qué me estoy refiriendo, querido lector?  A Los COFs, esos centros de orientación familiar diocesanos, “sembrados” –nunca mejor dicho- por toda la geografía española con un espíritu que los aúna a todos: hacer patente que la misericordia es la viga maestra de la vida de la Iglesia –y ojalá que viga maestra también de nuestras vidas- .

 Estos COFs se constituyen en servicios especializados “de atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones. Para poder denominarse católico debe inspirarse y ejercer su actividad desde la antropología cristiana y la fidelidad al Magisterio y ser reconocido así por el Obispo de la diócesis. Es un instrumento de suma importancia para la ayuda efectiva a las familias en sus problemas y por ello se recomienda muy especialmente su existencia[1].

Personalmente me quedo también con otras acepciones de los COFs: … “posada para el peregrino”, “cauce de la misericordia de la Iglesia[2], “lugar de testimonio de la esperanza[3].

Le invitamos a acercarse al COF más cercano a su casa, aunque por el momento sea a través del teléfono o de las redes sociales… verá que lo primero que usted captará cuando entre por sus puertas será la misión. ¿Qué misión? Esa certeza –tan honda- en todos los voluntarios que allí colaboran de que el futuro de la sociedad depende de la familia, de cada familia.

Cuando prosiga con su visita virtual, no podrá evitar una sonrisa al escuchar que el objetivo principal de la atención profesionalizada –y desinteresada- que allí se brinda es la sanación de las heridas interiores y el progreso personal, familiar y espiritual. Y que las soluciones psicológicas y técnicas no se  acaban en sí mismas sino que desembocan en el ancho mar que es la verdad y la belleza de la vocación al amor.

Quizás sus ojos –y su alma- se abran un poquito más cuando comprenda que no estamos hablando de beneficencia, sino de encuentro personal, de crecimiento mutuo. Sí. ¡Compruébelo si le cuesta entenderlo! El orientador es el primer interpelado, el primero que crece y se maravilla ante la grandeza del otro, ese otro en el que puede ver los frutos del  sufrimiento – el perdón, la resiliencia, la mansedumbre, la humildad-. Ese otro que es reflejo del Otro…. No deberíamos permitir que ninguna familia a la que hemos acompañado nos diera las gracias,  sino que somos nosotros los que hemos de gritar ¡gracias! Gracias por la entereza de pedir ayuda y confiar, gracias por permitirnos entrar en su tierra sagrada, gracias por ayudarnos a ser mejores y por permitirnos alzar la mirada juntos.

No sé si en este primer contacto, querido lector, le confiarán uno de nuestros secretos mejor guardados. Es un poco pronto. No obstante, a riesgo de ser indiscreta me lanzo y se lo cuento. Los voluntarios somos instrumentos de intercesión (¡). Las familias que llaman a nuestras puertas entran directamente a nuestros corazones y nuestras oraciones. Impresionante lazo de hermandad que como un bucle perfecto nos beneficia a todos los implicados, no le parece?

Sí, sí, coincido con usted, ya está tardando en visitar -de momento, virtualmente-  su COF más cercano…

www.cofzaragoza.com

[1] Directorio de la Pastoral Familiar en España, número 276

[2] Mons. Reig Pla. Apertura de las Jornadas de Agentes de Pastoral, 2011

[3] Benedicto XVI. Discurso a las organizaciones de la Pastoral Social,  2010)