Os dejamos esta reflexión de Acción Católica General (ACG) de la diócesis de Tarazona sobre este tiempo de coronavirus:

MOTIVACIÓN

Durante este tiempo tan atípico que nos ha tocado vivir, los miembros de la Acción Católica, en sus diversos niveles, no ha querido soportar sin más una situación sobrevenida, esperando tiempos mejores para recuperar la normalidad perdida. Un tiempo vivido así, sería una perdida de tiempo incalculable.

Hemos querido ser conscientes de que esta situación que nos ha tocado, es vida que también se tiene que aprender. La vida no se paraliza, no se “congela” y después se recupera o se retoma; aceptar sin más estos planteamientos nos esta  invitando a entretener el tiempo mientras “esto” pasa, pero: ¿Cómo quieres recuperar tu vida? ¿Será como la de antes o algo ha cambiado tu forma de mirar al mundo? ¿Realmente se puede vivir la vida entre paréntesis hasta que el tiempo sea favorable de nuevo?

Este estado de las cosas reclama de todos nosotros una lectura creyente de la realidad (de este confinamiento que vivimos, porque otra realidad no hay, y lo que venga después dependerá de cómo lo vivas hoy) Este hecho de vida reclama de nosotros una respuesta. Nos reclama también el proyecto de Dios sobre el mundo  tratando de ser lo más lúcidos posible, dejándose interpelar por la Palabra de Dios.

En tiempo de Pascua la Iglesia grita: ¡¡Él vive!! Es precisamente esta la tercera verdad que el Papa Francisco grita a los jóvenes en su exhortación Christus vivit. Esta verdad esta en el corazón de nuestra fe, y no la vas a vivir correctamente dejando que pase tu tiempo sin más. Santiago García en la revista catequistas del mes de febrero dice: “ansiamos una presencia que nos dé vida, nos acompañe y nos dé sentido…huimos de la soledad: buscamos cosas que hacer, buscamos relaciones que nos entretengan… somos así. Buscamos llenar nuestros más íntimos anhelos. Esa relación fundamental, esencial, íntima, escondida, religiosa solo es posible establecerla con Cristo vivo. No con cosas, entretenimientos, etc. Cuando uno es encontrado por Cristo en esa temida soledad, descubre que nunca está ni estará solo. El cristiano nunca esta en soledad, sino que está a solas. A solas con Cristo… es una oportunidad para dejarse encontrar “por Cristo en lo escondido” Palabras casi proféticas antes de la Pandemia.

Recordaba también el Papa Francisco en otra exhortación apostólica  que todos estamos llamados a la santidad (Gaudete et Exultate) Esto es algo que no depende de nuestras fuerzas sino de un disponerse en todo momento, con sencillez y determinación, a acoger la acción del Espíritu Santo en nuestra vida. En este tiempo, hemos podido morir un poco más a las obras de la carne para revestirnos de una criatura nueva. El número 17 de esta exhortación leída dentro del estado de alarma resuena de un modo diferente:

“A veces la vida presenta desafíos mayores y a través de ellos el Señor nos invita a nuevas conversiones que permiten que su gracia se manifieste mejor en nuestra existencia para que participemos de su santidad, otras veces solo se trata de encontrar una forma más perfecta de vivir lo que ya hacemos”

y en el 31 recuerda:

“nos hace falta un espíritu de santidad que impregne tanto la soledad como el servicio, tanto la intimidad como la tarea evangelizadora, de manera que cada instante sea expresión de amor entregado bajo la mirada del Señor.

En otro orden de cosas, el cardenal Filóni, en su carta a los responsables internacionales de movimientos eclesiales con motivo del mes misionero extraordinario decía: “tenemos que convencernos de que la misión es y debe ser, cada vez más, el paradigma de la vida y de la obra de toda la Iglesia  y, por lo tanto, de todo cristiano… Él nos envía para ser testigos suyos en el mundo” Recordamos con esta revisión que Somos Misión, y queremos prepararnos desde una espiritualidad de ojos abiertos, acostumbrada a acoger la realidad, pasarla por el corazón y la Palabra, para después traducirla en obras que construyen Reino.

Lectura creyente, disposición a la gracia, y conciencia de misión, son pues las tres líneas de fuerza que atraviesan este esfuerzo por ponerse a la escucha del maestro, En esto consiste una revisión de vida que ahora compartimos con todos vosotros.