“Que los jóvenes descubran el mensaje vocacional y si Dios les puede pedir o no ese camino en sus vidas”: Javier Pérez Mas.

Fabio Ovalle Medina
21 de julio de 2025

El seminario metropolitano de Zaragoza ha llevado a cabo unos días de convivencia vocacional en Madre de Dios de Begoña, en Bilbao. En total ha sido un grupo de 26 personas entre los que se encontraba D. Carlos, cuatro sacerdotes, nueve seminaristas y doce jóvenes. Han visitado, entre otros lugares, San Juan de la Peña, el santuario de la Virgen de Urkiola, el de Loyola, y también han subido al monte Amboto.

En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos a Javier Pérez Mas, rector del seminario de Zaragoza. A continuación, transcribimos la entrevista.

Rocío Álvarez: Javier, habéis compartido unos días, cuatro sacerdotes, nueve seminaristas, 12 jóvenes, acompañados de nuestro Obispo, don Carlos, ¿Cuéntanos cómo ha fluido la convivencia entre todos? ¿cómo se han sentido los chavales?

Javier Pérez Mas: Bueno, pues la verdad que hemos estado unos días disfrutando muchísimo y además de las temperaturas más benignas del norte de España, hemos estado en Bilbao. Y el objetivo de esta peregrinación es crear un clima entre los jóvenes, unido a los seminaristas, de cercanía con Dios, porque hay momentos de oración, y tenemos Eucaristía todos los días, pero también de cercanía entre los propios jóvenes, de pasarlo bien, de reírse junto, de compartir experiencias, y el clima ha sido espectacularmente bueno, es el ambiente más idóneo para poder discernir, que es lo que Dios nos puede pedir a cada uno, para crear un verdadero ambiente vocacional, es un ambiente privilegiado para la pastoral vocacional, el pasarlo bien entre un grupo de jóvenes y estando cerca de los propios seminaristas.

R.Á.: Desde luego, además, las fotos se hablan por sí solas, que hemos compartido en nuestras redes de Archizaragoza, en Facebook e Instagram, que lo habéis pasado, sois un grupo estupendo, y que habéis ido a muchísimos sitios, habéis ido a San Juan de la Peña, Santuario de la Virgen de Urkiola, de Loyola, también habéis subido, al monte Amboto, por supuesto habéis visitado la Basílica de Begoña, en Bilbao, ¿cómo se han integrado estas visitas en ese propósito vocacional de la convivencia?

J.P.M.: Sí, es que el mejor mensaje vocacional para unos jóvenes que quieran conocer de cerca lo que es la vocación sacerdotal, para saber si Dios les puede pedir o no ese camino en sus vidas, es convivir de cerca con los seminaristas, pero convivir no solamente rezando, que por supuesto, sino convivir con ellos haciendo todo tipo de actividades que puede hacer un joven hoy en día: escuchar música, subir una montaña, visitar sitios emblemáticos. Es verdad que el objetivo siempre es una peregrinación a un Santuario Mariano, el año pasado fue Covadonga este año hemos elegido la Basílica de Begoña en Bilbao, pero durante el camino buscamos hacer diferentes actividades. Y este año aprovechamos que era el 75° aniversario de la Hermandad de San Juan de la Peña y visitaba el santuario, el Santo Cáliz, que está en la Catedral de Valencia. Y como el arzobispo que nos acompaña, tenía que estar ahí presente, vimos que era una oportunidad de estar cerca y poderlo venerar. Entonces, eso le ha impactado mucho a los chavales, ya nos puso como en ambiente de oración y de cercanía con el Señor, pero luego hemos buscado, es verdad conocer lugares emblemáticos cercanos a donde vamos a ir. Entonces, estábamos cerca de la Basílica de Loyola, donde está la capilla de la conversión de San Ignacio de Loyola. Por supuesto hemos buscado hacer montaña, la montaña bonita del País Vasco este caso, el Amboto, subimos hasta arriba hasta la cumbre, todos, que también es muy educativo y muy vocacional, en lo que es el esfuerzo, etcétera. Digamos que toda esta variedad de actividades diferentes, pues ayudan mucho a crear ese clima de donde uno puede plantearse, si Dios me pide ser sacerdote y poder hacer un buen discernimiento. Yo subrayaría dos momentos especiales, entre todas estas actividades. Lo que es el momento de San Juan de la Peña, donde pudimos estar cerquísima y venerando el Santo Cáliz, fue un momento muy emotivo. Y luego también, una adoración que hicimos en el mismo seminario de Bilbao, después de cenar con un clima de adoración precioso, con cantos. Yo destacaría esas dos actividades por encima de las demás.

R.Á.: Luego, además habéis visitado lugares muy especiales, porque lo que habéis hecho ha sido ir subiendo, ha sido un poco enruta a todo este plan que habéis hecho ¿no?

J.P.M.: Exactamente, salimos de Zaragoza y de Zaragoza fuimos a San Juan de la Peña, en la primera etapa, donde estuvimos allí en la misa presida por el nuevo obispo de Huesca y Jaca y concelebrada por el arzobispo de Zaragoza. Y donde estuvimos participando de manera activa en la Eucaristía. Y, luego de ahí ya nos fuimos a visitar el Monasterio de Leyre, camino de Bilbao, y en Leyre que bien nos acogió el Abad y tuvimos a allí un momento oración, en el Monasterio de Leyre. Y luego ya llegamos a Bilbao donde nos han recibido de una manera extraordinariamente acogedora en el seminario de Bilbao. Y luego ya el día siguiente, lo que hicimos fue el día de montaña, en el que nos fuimos a visitar el Santuario de Urkiola, que está una media hora de Bilbao, es zona del interior de la provincia de Vizcaya, subimos ese pico, que es el más alto de la provincia, el Amboto, y luego por la tarde, nos acercamos a darnos un baño en la playa e hicimos un partido de fútbol playa, seminaristas contra no seminaristas, y esta vez hay que reconocer que nos ganaron los no seminaristas. Así que con humildad hay que vivirlo, y está muy bien que nos ganen y así habrá revancha.

Luego, en el último día, como estaba muy cerca, el Loyola, pues visitamos la Basílica, por supuesto, celebramos Misa en Begoña, no lo he dicho antes, la Basílica Begoña, que era el objetivo fundamental, peregrinar a la Basílica de la Madre de Dios de Begoña, y luego decía que, al último día, lo dedicamos a Loyola. Tuvimos misa en la capilla de la conversión de San Ignacio, que también fue muy, muy emotiva, y visitamos la Basílica, y luego ya de vuelta hacia Zaragoza, paramos en Olite, donde también tuvimos un momento oración en la Iglesia Santa María de Olite, que es una iglesia preciosa dedicada a nuestra madre la Virgen.

R.Á.: Oye y cuéntanos como ha surgido este plan, el grupo de chavales que se he ido conformando un poco a lo largo del curso. Habéis contactado de otra manera, o ellos han contactado con vosotros, y habéis visto que tenías que hacer este plan, ¿cómo ha surgido?

J.P.M.: Mira, este plan surgió el curso pasado, a lo largo del curso, nuestro arzobis´po que tiene un grandísimo interés en todo lo que es pastoral juvenil, y, de hecho, va a venir ahora también con nosotros al Jubileo de los Jóvenes en Roma. Y un gran interés también en la pastoral vocacional y dentro de la pastoral vocacional de una manera concreta también en la pastoral vocacional sacerdotal, bueno, lanzó el reto al seminario. Hay que hacer algo Javier para que en verano se pueda hacer alguna actividad con seminaristas y con jóvenes que puedan tener la inquietud de este planteamiento sacerdotal para poder promover una verdadera pastoral vocacional sacerdotal. Y entonces me puse en contacto con varios sacerdotes jóvenes, si quiero nombrar a Pedro Sauras, a Daniel Clemente, a Esteban Sabater, el vicerrector del seminario, y, entre todos, empezamos a idear el año pasado, elegimos que fue la primera que hicimos la peregrinación a la Virgen de Covadonga, estuvimos en el seminario de Oviedo y en el de Santander. Y este año decidimos hacerlo a Begoña como he dicho antes, a Bilbao, ¿no? Y el propósito es crear ese ambiente, como decía antes, de pastoral vocacional sacerdotal, donde invitamos a jóvenes o bien, porque los mandan los sacerdotes, los párrocos que tienen chavales, que pueden ver que tienen cercanía, porque todo el chico que viene a esta peregrinación sabe a lo que viene, digamos que sabe que viene a una convivencia donde se lo va a pasar muy bien, donde se va a reír mucho, va a hacer actividades chulas, pero también sabe que se le va a plantear lo que es la vocación sacerdotal, ¿no? Y entonces se preparan ese tipo de actividades y estos jóvenes, o bien los invitan los párrocos, o bien también te digo que, durante el año en el seminario, tenemos una vez al mes o cada dos meses unos encuentros de una tarde, donde invitamos a jóvenes que puedan tener ese interés de conocer de cerca lo que es el seminario y de ahí van surgiendo estos chavales, o sea que no vienen regalados del cielo, o sea, no salen de la nada, sino que vienen a esta peregrinación fruto de un trabajo previo con ellos, o bien de sus párrocos, o bien, porque vienen a los encuentros del seminario.

R.Á.: Y si hay familias que pues, saben que su hijo tiene inquietudes vocacionales que pueden hacer, contacta con el seminario, acuden a la parroquia y los derivan, ¿qué procedimientos es más habitual en estos casos?

J.P.M.: Bueno, yo creo que el más habitual es la propia parroquia. Me parece que, para empezar, es lo mejor, que el sacerdote, el párroco, pues, conozca a ese chaval, lo vaya tratando, lo vaya acompañando y ya si el sacerdote, pues, descubre, este chico, pues, puede tener realmente una posible vocación sacerdotal, pues, ya lo pone en contacto con el seminario. Obviamente, si alguien acude directamente al seminario, no se le cierre la puerta, se le abre, se le escucha, se la tiende, pero yo siempre cuando venga esta familia con su hijo o el chaval, si es mayor de edad, le invitaré siempre a que se integre primero en su parroquia, que sea conocido en su parroquia y luego, ya después de ese primerísimo discernimiento en la parroquia, ya puede dar un segundo paso, que sea más cercano al acompañamiento del seminario.

R.Á.: Y no sé si nos puedes adelantar, ¿de cara al curso que viene si ingresa algún seminarista nuevo?

J.P.M.: Bueno, pues tengo que decir con muchísima alegría, que hay que esperar porque estas cosas, son de las que yo siempre lo aprendí de la anterior rector y vicerrector del seminario antes de llegar yo me decían: yo hasta que no duerma en el seminario, no los considero seminaristas, porque el curso va a empezar en septiembre, pero en esta peregrinación vocacional la vida de dos jóvenes, que uno es de Zaragoza y el otro no es de Zaragoza, pero lleva viviendo en Zaragoza varios años, los dos son españoles, que nos han comunicado que sí que en septiembre tienen decidido entrar al seminario de Zaragoza, con lo cual en este momento tenemos dos nuevos candidatos a día de hoy, pero vamos, no hay que cerrar todavía la ilusión de que pudiera haber alguno más. Porque ahora viene el Jubileo de los Jóvenes y luego la siembra de estos días, bueno, hay que esperar un poco que de su fruto ¿no?

R.Á.: Muchísimas gracias, Javier, por contarnos que maravillas, desde luego es el futuro de la Iglesia y tenemos que rezar por él para que haya frutos, desde luego.

J.P.M.: Sí, sí, y luego muchas gracias, porque también es muy importante que la pastoral vocacional sacerdotal no quede recluida solamente a que lo haga el seminario y un grupito de sacerdotes, sino que sea de toda la diócesis con lo cual esta misma entrevista es un signo de que la pastoral vocacional sacerdotal nos importa a todos los miembros de nuestra diócesis de Zaragoza.

R.Á.: Así es, así es. Bueno, Javier, pues un saludo, gracias.

J.P.M.: Muchísimas gracias, Rocío.

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