Al analizar la actividad semanal del Papa Francisco en sus redes sociales, se hace imposible no hablar de su histórica visita a Birmania. Se trata de un lugar muy alejado del epicentro de la Iglesia y donde los católicos son una minoría en comparación con otras confesiones. Por ello, el viaje del Pontífice tiene como objetivo acercarles el mensaje de Jesucristo de primera mano y demostrar a nuestros hermanos que no están solos.
Además, desde el punto de vista de la política internacional, la llegada del Santo Padre a un país con numerosos problemas sociales, económicos y políticos tiene una enorme relevancia. Una vez más, reafirma el compromiso de la Iglesia Católica con la democracia y los derechos humanos en aquellas zonas en las que estos conceptos todavía son difusos.
El propio Francisco mostraba así en su cuenta de Twitter la finalidad de su gira por el sudeste asiático: «Espero que mi visita pueda abrazar a toda la población de Birmania y animar la construcción de una sociedad reconciliada e inclusiva».
De nuevo, el sucesor de Pedro demuestra una valentía necesaria en nuestro tiempo y reafirma el papel fundamental que el cristianismo ha tenido para la paz y la convivencia desde las primeras palabras de Jesús hasta hoy.