Mons. Hernández Sola: «Abracemos a Jesús resucitado para abrazar la esperanza que no defrauda»

Diócesis de Tarazona
12 de abril de 2020

El obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, ha presidido la eucaristía de Domingo de Resurrección que, a puerta cerrada, se ha celebrado en la S. I Catedral de Tarazona y se ha podido seguir a través de Facebook.

D. Eusebio ha dirigido una homilía a los fieles en la que se ha referido al tiempo en el que nos encontramos. «La pandemia que padece el mundo nos ha sumido en una larga travesía por “el desierto del duelo”, ante la pérdida de miles de vidas y la incertidumbre en las economías familiares y nacionales», ha comenzado el prelado.

«Al mismo tiempo, todo el drama que estamos viviendo nos ayuda a tomar conciencia de que “la humanidad”, la fe en la humanidad y la fe en el Dios que la ha creado y redimido, sigue siendo el ancla de nuestra esperanza, el mejor y más seguro patrimonio para nuestra vida«, destacando toda la solidaridad que ha eclosionado, «al  comprobar el heroísmo diario de tantas personas, el sacrificio de tanta gente arriesgando la vida por sus semejantes» y ha hecho referencia a las palabras del Papa en las que el Santo Padre reconoce la labor de tanta gente anónima, de los verdaderos héroes.

El obispo de Tarazona ha señalado que «todas estas vivencias, emociones y experiencias nuevas, nos han conducido a la Pascua que da sentido y aclara el horizonte de nuestro futuro ahora y en la eternidad».

«Por eso esta Pascua ha de resonar en nuestros corazones de manera especial. Abracemos a Jesús resucitado para abrazar la esperanza que no  defrauda».

Mons. Hernández Sola ha calificado el fruto de esta Pascua como “fiesta del reencuentro” y se ha mostrado esperanzado en que  después de este «ayuno forzoso», «el desierto florecerá» y nos habrá enseñado a «cuidar mejor del jardín de nuestras relaciones humanas y sus vínculos, en todos los sentidos. A cuidar mejor nuestra relación también con la naturaleza y sus habitantes. Sin dejar a nadie atrás. Porque nadie queda fuera de la influencia del Amor Resucitado y resucitador».

«En medio del sufrimiento que nos está golpeando, tampoco podemos seguir siendo los mismos creyentes» -ha asegurado-. «La fe no nos amortigua el dolor, pero en la Resurrección de Jesús, nos dejamos salvar, confirmamos la esperanza y nos comprometemos con la caridad, con la solidaridad en los hermanos.»

Ha calificado a este día, Domingo de Resurrección como «madre de todos los domingos» porque «es el día primero, la nueva creación ha comenzado en el Resucitado y nosotros somos sus beneficiarios» y nos ha exhortado a «celebrar la capacidad humana de resistir y de resurgir, de superarnos tras la adversidad».

D. Eusebio ha proseguido  su homilía haciendo referencia a que «el “vía crucis” del viernes es ahora el “vía lucis” del Domingo de Pascua. Y nuestra vida está llamada a llevar luz y esperanza allí donde encontramos una cruz, personal o colectiva, al igual que lo han hecho y lo siguen haciendo tantas personas en estos momentos».  «Cristo ha resucitado»– nos ha recordado el obispo- «celebrémoslo llenos de alegría y de amor».

El prelado nos ha animado a renovar la fe pascual y ha aseverado que «aparentemente nada ha cambiado, pero todo es nuevo, todo está lleno de una energía vital de la fuerza divina del Resucitado. Sigamos al Maestro y cargaremos las cruces de cada día, pero con la certeza de que Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo».

Tras la Comunión, D. Eusebio ha dirigido unas palabras a la Virgen, rememorando el Encuentro entre Madre e Hijo que, cada año se celebra este día de Domingo de Resurrección en Tarazona, a las puertas de la S.I Catedral. «Tú eres Madre de la Huerta, la Madre de Tarazona, memoria luminosa de un pueblo que vive para alabarte, -ha dicho-. «Palabras luminosas que cantan y alaban tu nombre, llenanos de salud, confianza e ilusiones. Restauranos a todos en la pureza de nuesto ser, del que ha vencido a la Muerte«.

Después, D. Eusebio ha dado la bendición con indulgencia plenaria en nombre del Papa Francisco a todos los que han seguido la eucaristía  a través de Facebook, puesto que debido al estado de alarma la celebración se ha llevado a cabo a puerta cerrada.

 

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