Más de 700 personas participaron en la Primera Fiesta de la Resurrección en Ejea de los Caballeros

Fabio Ovalle Medina
3 de mayo de 2025

La Unidad Pastoral de Ejea de los Caballeros celebró con gran entusiasmo la primera fiesta de la resurrección en el Parque Central de Ejea, el pasado 23 de abril, en el marco de la misión parroquial. Más de 700 personas, incluyendo familias enteras, un grupo de 40 visitantes de la parroquia Perpetuo Socorro de Zaragoza, disfrutaron de actividades para todas las edades en un ambiente de alegría y fraternidad.

En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos a Daniel Clemente, párroco in solidum, en Ejea de los Caballeros y consiliario de Pastoral Juvenil y Vocacional de nuestra Archidiócesis. Transcribimos la entrevista.

Rocío Álvarez: Daniel, hemos dicho que eres ‘párroco in solidum’. ¿Cuéntanos un poquito que es esto?

Daniel Clemente: Bueno, pues párroco in solidum es trabajar en un equipo sacerdotal por la realidad de nuestra, diócesis y en especial de donde yo estoy, que es una zona totalmente rural, pues estamos tres sacerdotes trabajando en equipo y somos ‘párrocos in solidum’. párroco in solidum significa como en equipo de 9 parroquias, Eje a de los caballeros en el centro y luego 8 parroquias que están entornos a Eje a de los caballeros.

R.Á.: Y cuéntanos, ¿cómo se os ocurrió celebrar, organizar esta maravillosa fiesta de la resurrección?

D.C.: Bueno, pues este año, con motivo del año jubilar, y ya partiendo de la experiencia de la visita pastoral con nuestro arzobispo D. Carlos, pues veíamos necesario tener un tiempo de salida. En nuestra unidad pastoral se lleva muchos años trabajando el tema de los grupos, el tema también de la comunión con los otros pueblos más pequeños y entonces lo que se ha buscado ha sido no conocernos en nuestro juego, sino salir al encuentro de aquellos que no están, que no están en nuestra parte o que han estado y se han desmotivado, se han cansado, se han ido. Entonces, emprendimos un tiempo de misión parroquial, un tiempo de misión parroquial. Y en medio de este tiempo de misión parroquial, pues surgen una serie de iniciativas y una de ellas que es fundamental, fundante es volver al encuentro con la alegría de la Pascua, de la resurrección. Y por eso, pues surgió la idea de celebrarlo y de celebrar una gran fiesta, una gran fiesta de la resurrección en la que convocara todo nuestro pueblo a las familias, a los chavales de catequesis, pero también a los abuelos y a la gente que viene en la misa de 8:00 de la mañana y también incluso a aquellos que se acercan solamente a solicitar un sacramento y que no suelen estar en nuestra parroquia, los que llamamos pues alejados o ausentes también.

R.Á.: Además, habéis contado también con la ayuda de los redentoristas de Zaragoza. ¿Cómo habéis llevado a cabo esta sinergia?

D.C.: Sí, cuando nos planteamos el volver a realizar una misión popular, pensábamos en la misión que se realizó aquí en el anterior Año de Jubilar, en el año 2000. Y aquella misión popular pues estuvo acompañada por los redentoristas, los misioneros redentoristas. Volvimos a contactar con ellos, en especial con el padre Jorge y con el padre Enrique y desde el Perpetuo Socorro de Zaragoza, pues nos están acompañando en este proceso de misión. Y está siendo una sinergia preciosa, porque es sumar dos realidades misioneras. Nuestra realidad misionera que parte de Ejea de los caballeros y que sale a los ocho pueblos de la unidad pastoral, los pueblos pequeños y su realidad misionera que está impresa en su propio carácter misionero como redentoristas y ellos también han trabajado mucho esta dinámica misionera con su equipo de laicos y ya no son solamente tres misioneros redentoristas, sino que es una comunidad misionera redentorista que sale al encuentro de otras realidades como la nuestra.

R.Á.: Que bueno. Luego además hemos visto en redes, en vuestra crónica, que el ambiente fue impresionante. ¿Qué es lo que hizo tan especial la atmósfera de esta jornada?

D.C.: Pues yo pondría como dos hitos. El primero es que Dios estaba presente allí, desde la gymkana con los niños por la mañana y hasta la celebración de la Eucaristía por supuesto. Yo creo que Dios estaba allí, habíamos rezado mucho por esto. Hay un grupo de orantes por la misión que, desde sus casas, quizás desde su enfermedad, desde su no poder estar presentes en las cosas que vamos haciendo, están sosteniendo la misión con la oración. Y eso creo que es muy importante. Y luego en la segunda cosa que creo que lo hizo muy importante es la intergeneracionalidad que nos lleva a la comunión. Que haya personas desde los meses hasta los 90 y tantos años que hubo. Que haya consagrados, matrimonios, familias, personas solteras, jóvenes, mayores, había de todo. Hasta el obispo estaba, estaba la Iglesia, estaba la Iglesia y es algo que también me parece que es precioso.

R.Á.: Como decías, el obispo estuvo, la Eucaristía fue también un momento central allí en el kiosco de música del parque. ¿Qué mensaje os transmitió el arzobispo D. Carlos?

D.C.: El arzobispo ya desde la visita pastoral, que es un poco como donde nosotros marcamos el pistoletazo de salida de todo este proceso misionero, nos está invitando a salir, a salir de nuestra comodidad, a salir de nuestras estructuras, a salir de nuestro propio yo, de nuestros grupos cerrados, y nos siguen pulsando a dejarnos llevar por el soplo del Espíritu y a salir al encuentro, pues de aquellas personas que no están y salir con una reforma general de estructuras, de planteamientos, pero sobre todo de corazones. Y esto pues nos alienta mucho y siempre es muy acogido aquí en nuestra unidad pastoral. Viene todos los años y celebra la fiesta de la Virgen de la Oliva con nosotros, y en otros momentos también y siempre la gente lo toma como un aliento para salir a la misión nuevamente.

R.Á.: Además la participación fue masiva, importante, con más de 700 personas, ¿cómo valoráis la respuesta de la comunidad a esta iniciativa?

D.C.: Pues la verdad es que en un principio estuvimos un poco desbordados, porque no nos planteábamos que viniese tanta gente. Pero Dios nos sobrepasa siempre, ¿no? Y empezaron siendo 350, después tuvimos que encargar la paella para 500, y luego ya decimos, pues mira, para 700, ya está. Y al final, pues si más de 700 personas, porque calculábamos un poco con la gente que se apuntó a comer, pero luego hubo muchísima más gente pasando, con una amplia participación, porque claro, son muchas horas de estar allí. Y fue, yo creo que también un impulso para el pueblo, un día tonto, un día de San Jorge, un miércoles de entre semana, pues dar algo que hacer y algo que hacer con sentido y bien.

R.Á.: No sé si es pronto para hacer la pregunta, pero no sé si os planteáis repetirla, repetir esto cada año, ya se verá o ¿cómo lo habéis pensado?

D.C.: Pues está habiendo muchas voces, está habiendo muchas voces sobre esto, porque mucha gente, nada más que terminamos, ya nos decía, bueno, el año que viene otra vez, ¿no? Y nosotros decíamos desde la unidad pastoral madre mía, como tengamos que estar pensando ya en el año que viene. Pero bueno, no nos cerramos, no nos cerramos. Si no es de esta manera, pues quizá de otra, pero es la provisionalidad, en la que vivimos, ¿no? Tuvimos también la feria de abril misionera hace un mes y fue también un exitazo, y también nos decía la gente, tendremos que repetirlo, bueno, pues de esta manera o de otra, pero seguro que vamos a seguir dando motivos para el encuentro.

R.Á.: ¿Y qué pasó, aunque sea a largo plazo a medio, crees que ha podido que ha podido dejar, esta fiesta de la resurrección en comunidad de Ejea?

D.C.: Bueno, pues yo creo que marca un punto de salida y al final, es que nuestra misión tiene algunas etapas diferenciales. Las primeras etapas son más de tomar conciencia de que estamos en misión, más de hacer una propaganda. Y ahora ya comienza una etapa mucho más explícitamente misionera. Con esta fiesta de la resurrección hemos tocado el núcleo de nuestra fe, es que Cristo vive y que ya no podemos encerrarnos en la cruz, ni encerrarnos en el sepulcro. La luz está encendida y estamos llamados al salir al encuentro de los otros. Entonces yo marco aquí como un hito, un hito y es un hito de comunión, un hito de comunión misionera para salir al encuentro de los demás. Ya lo hemos tenido, quizá en los pueblos, en esta Semana Santa, hemos tenido un grupo de 17 jóvenes y adultos misioneros que han estado saliendo a las pequeñas comunidades a celebrar, a encontrarse con ellos, a transmitir esta alegría de la Pascua también, ¿verdad? Y ahora nos toca hacerlo en Ejea. Entonces comienza una fase en salida muy fuerte, muy fuerte y se vienen cosas importantes para este mes de mayo y de junio. La fecha de final de la misión, del límite de la misión es el 28 de junio, para comenzar otra etapa posmisión, porque el obispo siempre nos lo recuerda estamos en permanente estado de misión. Esto no es una cosa que se queda en un momento puntual, esto es algo que ha venido para quedarse y que nos va a llevar mucho y itinerario por detrás. Pues yo creo que esto es un hito, un hito, un hito como un momento cumbre, donde contemplar, pues 700 personas con el Señor allí y en familia, que ahora pueden convertirse en evangelizadores, en misioneros.

R.Á.: Qué maravilla. Pues, muchísimas gracias por contarnos Daniel, esperamos que sea la primera de más ediciones similares, iguales y que desde luego, pues de muchos frutos.

D.C.: Muchas gracias, Rocío.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compartir
WhatsApp
Email
Facebook
X (Twitter)
LinkedIn

Noticias relacionadas