María José Sánchez: «Caminamos hacia una mayor implicación del laicado»

El Equipo Diocesano de Apostolado Seglar ofrece en sus jornadas diocesanas de este año bajo el lema ‘Juntos anunciamos al Resucitado’ la oportunidad de realizar un viaje virtual al Santo Sepulcro de Jerusalén y revivir la experiencia de los primeros testigos del Resucitado de la mano de Cayetana H. Johnson, arqueóloga bíblica. Será el próximo 20 de mayo a las 17.00 h. en la parroquia de San Valero, calle Marcelino Unceta, 18. Para profundizar en esta jornada, entrevistamos a la delegada episcopal de Apostolado Seglar, María José Sánchez.

María José Sánchez.

¿Qué pretendéis conseguir con estas XXXIV Jornadas Diocesanas de Apostolado Seglar “Juntos anunciamos al Resucitado”?

Estas Jornadas Diocesanas de Apostolado Seglar programadas para desarrollar el trabajo sobre el ‘Primer Anuncio’ (dentro de las propuestas del postcongreso de Laicos y en sintonía con el proceso sinodal) pretenden impulsar un laicado evangelizador que responda a su vocación bautismal, que reavive la experiencia del encuentro con el Resucitado, y que propicie una experiencia de comunión entre los participantes. Para ello contamos con la aportación de la Dra. Cayetana H. Johnson, arqueóloga bíblica y profesora de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, especialista en las recientes excavaciones realizadas en Tierra Santa. Además de presentar las aportaciones realizadas en la diócesis, sobre el discernimiento del Primer Anuncio.

Va a haber unos talleres de trabajo, ¿cuál es su finalidad? ¿Cómo se van a concretar sus conclusiones?

Con los talleres pretendemos dar a conocer unas herramientas orientativas para el diálogo de Primer Anuncio que solemos realizar en la vida cotidiana en relación con el sufrimiento humano, la falta de sentido, o la negación de Dios como último referente, etc. 

Respecto de las conclusiones, pretendemos crear una red de equipos de “Primer Anuncio” (iniciado en parroquias, movimientos y asociaciones) con el objetivo de llegar a un Proyecto Común de Misión. 

¿Cuál es tu balance del trabajo que desarrolláis en ella, del voluntariado implicado y de las acciones que habéis ido emprendiendo?

El balance del trabajo desarrollado ha sido positivo. Caminamos hacia una mayor implicación del laicado de parroquias, movimientos y asociaciones. La implicación del voluntariado es incondicional y gratuita, además de excelente. Entre las acciones desarrolladas: Formar parte del Consejo Asesor de Laicos como representante de la Provincia Eclesiástica de Zaragoza dependiente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida. Preparación del Encuentro de Laicos en unión con todas las diócesis de Aragón, del 18 de noviembre de 2023. Reestructuración de la Delegación Episcopal de Apostolado Seglar en Comisiones en relación con los cuatro itinerarios: Primer Anuncio, Acompañamiento, Procesos Formativos, Presencia en la Vida Pública. Participación en los trabajos del proceso sinodal, como componente del Equipo Diocesano del Sínodo. Para seguir impulsando la propuesta del primer itinerario, hemos convocado celebraciones y encuentros para trabajar el contenido esencial del Primer Anuncio, y colaborado en la síntesis de las aportaciones relacionadas con este tema por la comunidad diocesana. Proyecto de la Mesa por la discapacidad para fomentar la inclusión en la pastoral de la Iglesia Diocesana, apoyados por el CERMI.

¿De qué manera tienen que despertar los seglares de la archidiócesis de Zaragoza para conseguir que el evangelio llegue mejor y a más gente?

El Primer Anuncio nace de nuestra vocación bautismal que nos corresponde a todos (personal y comunitariamente). Ante los nuevos desafíos de nuestro siglo, sólo los hombres y mujeres tocados por Dios serán capaces de abrir el corazón y la mente de nuestros contemporáneos. Hay que volver a poner en el centro a Jesús y favorecer un encuentro personal con Él. Buscando con respeto y humildad, provocar la pregunta y el interés por Jesucristo para engendrar la primera adhesión del corazón a Él. 

Recuperemos la alegría de creer y el entusiasmo de comunicar la Buena Noticia. Desde la experiencia del encuentro con el Resucitado nace el impulso misionero.