“¿Es que pueden guardar luto los amigos del novio, mientras el novio está con ellos?
1.- Oración introductoria.
Dame, Señor, la gracia de acercarme hoy a ti con un corazón limpio, sin prejuicios ni complejos. Quiero beber tu evangelio no en las aguas del río sino en el mismo manantial. Haz que deje atrás las distintas interpretaciones de los hombres y descubra tu evangelio con toda su frescura, con toda su pureza.
2.- Lectura reposada de la Palabra de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercaron a Jesús, preguntándole: “¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?” Jesús les dijo: “¿Es que pueden guardar luto los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán”.
3.-Qué dice la Palabra de Dios.
Meditación-Reflexión
Jesús, que admira mucho a Juan y se ha entristecido enormemente con su muerte, no quiere que el cristiano sea un seguidor de Juan sino seguidor suyo. “Juan ni comía ni bebía, pero el hijo del Hombre “come y bebe”. (Mt. 11,19). Diríamos que si Juan Bautista es un asceta que vive en el desierto, el Hijo del Hombre es “un místico” que convive con la gente. Cristo no quiere llenar su evangelio de “rigor” sino de “amor”. Y aquel que ama y se deja amar está siempre en fiesta. Los cristianos del siglo XXI tenemos una asignatura pendiente: Estamos acostumbrados a estudiar a Jesús, a trabajar por Jesús, incluso a sufrir por Jesús…Pero no estamos acostumbrados a disfrutar con Jesús. A Jesús nunca se le ocurrió comenzar una parábola en estos términos: “Se parece el Reino de los Cielos a unas plañideras que vienen de enterrar a un muerto…”. En cambio, en sus parábolas, resuena constantemente las palabras “boda” “asombro” “gran cosecha” “vino en abundancia” “banquete”. Las bodas de Caná, al comienzo de su vida pública, nos están diciendo que “Jesús es la alegría de la vida”.
Palabra del Papa.
En el Nuevo Testamento, Jesús indica la razón profunda del ayuno, estigmatizando la actitud de los fariseos, que observaban escrupulosamente las prescripciones que imponía la ley, pero su corazón estaba lejos de Dios. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que “ve en lo secreto y te recompensará” (Mt 6,18). Él mismo nos da ejemplo al responder a Satanás, al término de los cuarenta días pasados en el desierto, que “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4,4). El verdadero ayuno, por consiguiente, tiene como finalidad comer el “alimento verdadero”, que es hacer la voluntad del Padre (cfr. Jn 4,34). (Benedicto XVI, Mensaje del Santo Padre para la cuaresma 2009).
4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio. (Guardo silencio).
5.- Propósito: Procurar llenar todo el día con la alegría del evangelio.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí por medio del evangelio. Ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, al acabar mi rato de oración contigo, he sentido que mi corazón se ensanchaba, sentía de cerca tu amor, me llenaba por dentro de una inmensa alegría. Con esta actitud, el mundo, la vida, el trabajo, tienen otro color. Señor, convénceme del todo de esta gran verdad: contigo se vive mucho mejor.
PDF: 8 DE MARZO