“Sabed que el Reino de Dios está cerca”
1.- Oración introductoria.
Señor, hoy mi oración debe ser distinta. Me hablas en el evangelio de invierno y verano; de muerte y de vida; de higueras secas e higueras con brotes. Lo importante es que tu reino ya ha llegado y ha llegado a todas las estaciones del año. Tú siempre estás cerca de nosotros. Haz que te sepamos descubrir en todos los acontecimientos de la vida.
2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 21, 29-33
Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión.
Me parece que lo más importante que hay que resaltar en este texto de Lucas es: “sabed que el reino de Dios está cerca». Dios está cerca, mucho más cerca de lo que nosotros pensamos. Y la irrupción de Dios en el mundo y en nuestras vidas es algo tan maravilloso como el paso del invierno a la primavera. En el invierno hay frío, mucho frío; noche, largas noches; muerte, mucha muerte en la naturaleza. No hay flores ni frutos en los árboles; no hay cantos de pájaros. Y esto lo describe muy bien el Cantar de los Cantares para describir el paso del invierno, es decir, de la soledad y ausencia del amado, a la primavera de su presencia. “Pues mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia y se ha ido. Han aparecido las flores en la tierra; ha llegado el tiempo de la poda, y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra. La higuera ha madurado sus higos, y las vides en flor han esparcido su fragancia. Levántate amada mía, hermosa mía y ven conmigo” (Cant. 2,11-13). Y puede servir para describir el paso del invierno de este mundo de egoísmos, de violencias, de frialdad, para dar paso a la bella imagen de la higuera que, con sus hojas tiernas, anuncian el estallido del Reino de Dios, como la llegada de una hermosa primavera.
Palabra del Papa.
“Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: «Con su perseverancia salvarán sus almas». ¡Cuánta esperanza en estas palabras! Son un llamamiento a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos seguros de la salvación, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia: las pruebas y las dificultades forman parte de un designio más grande; el Señor, dueño de la historia, lleva todo a su cumplimiento. ¡A pesar de los desórdenes y de los desastres que turban al mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá! Y esta es nuestra esperanza. Ir así, por este camino, en el designio de Dios que se cumplirá. Es nuestra esperanza. Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con coraje y esperanza, en compañía de la Virgen, que camina siempre con nosotros”. (S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2013).
4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio que acabo de meditar. (Guardo silencio).
5.-Propósito. En este día voy a ver el lado bueno de las cosas. No hay invierno que pueda frenar la primavera.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, déjame darte gracias por ser como eres. Estás siempre “más allá”. Más allá de nuestros pecados, de nuestras miserias, de nuestros problemas, de nuestras dificultades. Para ti siempre hay una aurora después de la noche; un sol después de la lluvia; una primavera después del invierno; una Resurrección después de la muerte. Nosotros pasamos, pero Tú siempre estás. ¡Gracias, Señor!