El Consejo Pastoral Diocesano se reunió el pasado sábado, 4 de octubre, en la Casa de la Iglesia de Barbastro en un encuentro que se inició con la oración preparada por el Arciprestazgo de Sobrarbe-Ribagorza. Uno de los principales puntos de la sesión fue el trabajo realizado en los criterios pastorales de Caridad y Comunión que, de forma novedosa, se incorporan al Directorio diocesano de los ámbitos de Anuncio y Celebración.
Para su elaboración se ha partido de las “Orientaciones pastorales para los Sacramentos de la Iniciación Cristiana”, vigentes hasta ahora en la Diócesis desde su aprobación por el entonces obispo, Mons. Juan José Omella (24 de diciembre de 2000) y de las cartas pastorales de los obispos aragoneses “La Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo de Aragón” (2016) y “La Iglesia en Aragón. Al servicio del mundo rural. Nazaret era un pueblo pequeño” (2019).
El paso del tiempo y los nuevos retos a los que se enfrenta la sociedad han animado a las cuatro delegaciones a ir estableciendo criterios comunes para alinear la acción pastoral en todos los ámbitos. Eso servirá para evitar la disparidad de criterios entre parroquias, sacerdotes, agentes de pastoral…, pero también situaciones de incertidumbre o improvisaciones, ante determinados casos particulares, muchas veces novedosos… para quien tiene que tomar decisiones.
Familia, jóvenes, sínodo…
En el Consejo participaron el matrimonio de Bilbao, Fran y Toni, que está acompañando la pastoral familiar, y adelantaron los hitos del curso que acaba de empezar.
El área de Caridad informó de cómo integrar la caridad en el resto de las áreas, y se dedicó tiempo a mostrar el camino para la implementación del documento final del Sínodo a nivel diocesano. Así mismo, se informó a los asistentes del programa de presentaciones en las unidades pastorales y del Año Jubilar por el 900 aniversario de la muerte de san Ramón obispo.
Tras las palabras del obispo, Mons. Ángel Pérez Pueyo, se celebró la Asamblea Diocesana de inicio de curso, en la que se trataron algunos de los temas del Consejo y se preparó la eucaristía posterior. En ella, y divididos por grupos, los participantes trabajaron las peticiones y las ofrendas que, en la capilla de la Casa de la Iglesia, llevaron hasta el altar.
